"Aúnque usted no lo crea", como la famosa frase de Ripley, el Reino de España, después de haber sido entre los siglos XVI al XVIII la primera potencia mundial, con dominio sobre los mares y posesiones coloniales en Europa, Africa, Asia y América, pareciera convertirse en éste comienzo del siglo XXI en un Protectorado al otorgar a los Estados Unidos de América el uso permanente y sin reservas de Soberanía, de la base aérea de Morón, situada en la Provincia de Sevilla, para albergar 2.200 efectivos militares, 500 contratistas (mercenarios y espías) y 26 naves aéreas, cuyas operaciones intervencionistas serán dirigidas al continente africano y el Medio Oriente.
Con los votos del neofranquista Partido Popular, PP, y su binomio del Partido "Socialista Obrero" Español, PSOE, y la oposición de las izquierdas; Congreso de los Diputados aprobó el acuerdo bilateral- sin ninguna relación operacional con la OTAN -, mediante la cual se cedió de manera permanente, ésta vieja base militar para el estacionamiento y operaciones exclusivas de fuerzas militares de los Estados Unidos y sin ninguna posibilidad de controlar, un mucho menos limitar o impedir su uso por parte del gobierno del Reino de España, salvo la irrelevante obligación de "consultar", más no solicitar autorización, para el desarrollo de operaciones militares en los escenarios de conflictos para los cuales han sido destinadas tales fuerzas y, por supuesto, sin el beneficio obligado de compartir información sensible o relevante sobre sus operaciones y resultados.
En el debate de la Moción de Urgencia ante el Congreso de los Diputados, el impresentable Presidente del Gobierno del Reino de España, Mariano Rajoy, ademá de justificar el acuerdo militar en la inversxión de 239 millones de dolares para la modernización de la base y el beneficio económico para las comunidades aledañas, expuso como causal principal de éste cesión de territorio soberano español a los Estados Unidos de América, la necesidad de fortalecer la seguridad de su territorio afectado por la amenaza yihadista, obviando el hecho de que las fuerzas acantonadas en la base de Morón no son fuerzas de defensa sino, por el contrario, unidades especiales del Cuerpo de Infantería de Marina, entrenadas y equipadas para realizar operaciones especiales en un amplio territorio marítimo, aéreo y terrestre, por lo que en ningún caso, tales efectivos estarán destinados a la defensa del territorio español ni están autorizados por ninguna ley, para participar en operaciones militares dentro del territorio español.
Agrava aún más la conducta cipaya y colonial del gobierno español y la mayoría del Congreso de los Diputados, el que, a cinco (5) meses de realizarse unas elecciones generales para designar los nuevos miembros del Parlamento, en el cual habrá de elegirse el nuevo Presidente del Gobierno, se haya comprometido la Soberanía del Estado Español e hipotecado gravemente la autonomía del nuevo gobierno – que seguramente no será presidido por el señor Rajoy y el PP – con un acuerdo militar que lejos de proteger el territorio y la población española de la violencia yihadista, lo hace aún más vulnerable, como consecuencia de las actividades militares que los Estados Unidos viene desarrollando en países como Yemen, Siria, Somalia, Libia, Barhein, Kenia, Nigeria y otros países de Africa y el Medio Oriente; los cuales generan la reacción de los grupos armados terroristas que, como en el caso del ataque terrorista del 11M, a la Estación de trenes de Atocha, Madrid, causó más de 200 civiles muertos, por la pretensión del gobierno de José María Aznar, también del PP, de involucrar a España en la segunda guerra imperialista contra la República de Irak.
Esta vergonzosa actitud colonial de parte de las elites políticas españolas está asociada – sin duda alguna – al apoyo dado por el gobierno de los Estados Unidos de América al Reino de España durante la crisis financiera de 2011 y que le permitió a Mariano Rajoy, con recursos del Fondo Monetario Internacional y de bancos norteamericanos, estabilizar su economía, al precio de acumular 5 millones de desempleados, la precarización de los contratos, la reforma regresiva del sistema pensional y la privatización de los servicios públicos; además que prueba la decisión de tales elites neocoloniales de convewrtir al Reino de España en un miserable Protectora de los Estados Unidos de América, al subordinarse en lo político y militar al plan global del imperialismo de reimponer su destruida hegemonía unipolar, haciendo uso del territorio soberano de otros Estados para intervenir en los asuntos internos de los pueblos del mundo.