El voto Tsipras-Syriza, es la impresentable renta, el lucro político del “GRAN MIEDO” que estructura las elecciones del 20 de septiembre:
Significan la desorientación del NO del referendo, por el rito electoral de la NADA: una fuerza, un espacio confuso y oscuro, reafirma la política del miedo, y la legítima con exceso de bastardía. Para, Tsipras-Syriza y afines, el voto que vale no es aquél del giró a la izquierda, para tal conjunto cuenta ese voto que posiblemente valide la capitulación ya avanzada.
Los “mass media”, los europeístas de izquierda, los pragmáticos y neo-keynesianos, celebran la jugada del número, y su puesta en escena, por la gestión de lo posible que el capital permite: LA NADA.
El tráfico impúdico e indolente de un porcentaje, de una cifra absoluta que resulta de una operación político-ideológica de la capitulación ante la troika. SOLO ESO:
El fondo de 50 mil millones de euros saqueados al pueblo griego, y controlados por la troika, mediante un ministerio supranacional. Exactamente la NADA, de una exigua soberanía, de un gobierno postrado, ante la dictadura de las finanzas y las políticas de austeridad, con nula, ya demostrada, capacidad negociadora y de autonomía.
La jugada del número deriva en la consolidación de la ignominia y la absoluta derrota: una segunda derecha neoliberal y conservadora (al estilo de los partidos socialistas europeos). O en esa especie de partidos social-demócratas, abatidos política y electoralmente (como Pasok de Grecia).
Ciertamente, post-elecciones, bate el cobre, “in extremis”, las políticas económicas que resultan de la lógica del capital global y la dictadura financiera: corresponde a la izquierda radical, la existencia de la pasión y el coraje político, su mejor desempeño estratégico. Decide: el principio de la esperanza. Y la ética de la responsabilidad política.