No sabemos todavía si la visita del Presidente Arias a Bogotá –recién electo- para compartir con Alvaro Uribe, fue un gesto de buena voluntad o una señal. Por el rol que juega Colombia en América del Sur y en especial en la política anti-venezolana, se puede decir que es más lo segundo que lo primero. El único país que visitó el ahora Presidente Arias antes de asumir el mando, fue Colombia. Quedaron de lado los socios políticos y comerciales del resto de países del área, incluyendo México, que siempre fueron lugares acostumbrados de peregrinación de los presidentes electos de Costa Rica.
Podemos decir, si tomamos en cuenta la visita al Palacio de Nariño, que son malos augurios para Costa Rica, para su ubicación en los conflictos regionales, más si tomamos en cuenta el significado que puede tener la estrategia de aislar a Venezuela. En el fondo tengo la impresión de que el Presidente de Costa Rica no deseaba la visita del Presidente Chávez y ayer pudo sentir un gran alivio, cuando llegó la comunicación de Caracas. Entre los dos países no existe una agenda común que los pueda integrar en iniciativas políticas regionales, más allá del trato preferencial que necesite Costa Rica, en cuanto a la atención de la factura petrolera con Venezuela.
Las circunstancias políticas de la región centroamericana son muy distintas a las vigentes hace 20 años, cuando Oscar Arias asumió por primera vez, el mando del gobierno costarricense. Una región envuelta en crisis políticas con expresiones militares, que estaba lastimando seriamente el intercambio comercial costarricense hacia el mercado centroamericano, era un campo propicio para promover la negociación política entre las partes en conflicto en todos los países centroamericanos, y convertir a la capital costarricense en el eje de las iniciativas de paz. La acción posterior de la cancillería y del ejecutivo costarricense en la búsqueda soluciones políticas para la región, de alguna manera constituyó una forma de oposición a los designios de al Administración Reagan, así que este pequeño país centroamericano adquirió notoriedad internacional. En las actuales circunstancias de comienzos de siglo, Costa Rica en lugar de ser la excepción en la búsqueda de soluciones alternativas a los problemas regionales, se ve involucrado en una iniciativa comercial regional impuesta por los Estados Unidos, que más tiene de contenidos y objetivos políticos, que alternativas para salir de la pobreza.
Las delegaciones extranjeras presentes en la ceremonia de traspaso del mando presidencial tienen un valor simbólico. La visita social de la señora Laura Bush no reviste ninguna trascendencia pues no hay grandes temas pendientes con el marido, y lo resuelto está presente en el TLC, que todavía hace fila en el parlamento costarricense para su ratificación.
La presencia formal del Principe de Asturias, encabezando la delegación del estado español no tiene ningún significado, es un simple saludo a la bandera nacional, pues España, en términos reales, se aleja cada día más de la región en términos de colaboración política, económica y comercial, pues está más interesada en la suerte de sus transnacionales, impactadas todavía por las iniciativas bolivianas, en cuanto al tema energético y otras áreas potenciales. Los proyectos de cooperación económica no representan mucho en términos de nuestras necesidades reales de apoyo internacional en diversos campos.
Los tiempos han cambiado indudablemente para Costa Rica. Hace 20 años era el epicentro de la política regional y las cancillerías europeas ponían sus oídos en San José. En la actualidad, sumados al tren de la política norteamericana en la región por la vía del TLC regional, puede ser que la visita al Palacio de Nariño del Presidente Oscar Arias, en los días previos a la asunción del ejecutivo costarricense, signifique algo más que un gesto en la conjura en contra de Venezuela.
Ya vendrá el Presidente Chávez a Costa Rica. El movimiento social costarricense y amplios sectores de nuestro pueblo lo esperan. Ya vendrán mejores tiempos Presidente. Seremos pacientes y confiados. Confiados en que Usted seguirá cumpliendo con su pueblo. Un abrazo a la distancia Presidente Chávez.