Perú entra KK

Parece que definitivamente la segunda vuelta electoral para la presidencia de la República del Perú habrá que dirimirse entre la peruana-japonesa Keiko Fujimori, la Hija y Primera Dama durante casi todo el período de gobierno Alberto Fujimori y el peruano-estadounidense Pedro Pablo Kucynski, empresario y Jefe de Gobierno durante el gobierno del Alejandro Toledo, lo que supone un escenario neoliberal y de alianzas subalternas con los Estados Unidos de América, que representarían dos sectores de la cúpula económica y mediática que tradicionalmente, incluso durante el fraudulento gobierno del Comandante Ollanta Humala Tasso, han controlado la tierra de Tupac Amaru.

Los resultados preliminares que le conceden a la hija de autócrata Alberto Fujimori el 39 % de los votos y el 21% a su seguro oponente en la segunda vuelta, Juan Pablo Kucynski no constituyen una sorpresa por cuanto, la mayoría de las encuestas ubicaban a tales candidatos en tales cifras, mientras que a su más cercana perseguidora, la franco-peruana de izquierda Victoria Morales, a pesar del repunte en tres últimos meses por la inhabilitación de dos candidatos, estuvo entre el 17 y el 20% de preferencias, sin amenazar nunca el primer lugar de Keiko Fujimori.

En este escenario, diversas consecuencias políticas y electorales habrán de derivarse, aunque estimo no modificaran sustancialmente el resultado en este primera vuelta.

En primer lugar es previsible la confirmación de la votación en favor de Keiko Fujimori, quien alcanzó una votación consistente respecto a las elecciones pasadas, en la que la hija del "Asesino de la Cantuta", perdió ante el Comandante Ollanta Humala por un poco menos 2% de diferencias, gracias a una alianza "in extremis" celebrada entre el líder nacionalista Humala y su criticado rival, el expresidente Alejandro Toledo, sin la cual no hubiera sido posible derrotar a la exPrimera Dama peruana.

En segundo lugar, es inevitable que se produzcan alianzas electorales para la segunda vuelta que permitan a Keiko Fujimori captar a partidos personalistas y regionales mediante ofrecimientos de cargos y "ayudas" a los sectores sociales que representan – práctica usual en el Perú y causa por la que todavía se encuentra en condición de investigada la candidata fujimorista – para alcanzar ese 10% de favorabilidad que le permitirse convertirse en la Primera Mujer Presidenta de la República del Perú y segundo – después de su padre – miembro de la importante comunidad nipondescendiente que gobierna la tierra sagrada del antiguo imperio incaico. Y por el lado del empresario Juan Pablo Kucynscki, seguramente los votos de la vieja derecha democratacristiana y aprista y seguidores de Alejandro Toledo, podrían apoyarle con el pretexto de que Perú necesita un empresario que "abra oportunidades a Perú y a los peruanos", sin que tales alianzas tengan la fuerza suficiente para arrastrar sus votos de la primera vuelta.

En tercer lugar; con ausencia de la izquierda en la segunda vuelta, la previsible negativa de la candidata Verónica Morales y el Frente Amplio de Izquierda de apoyar alguna de las dos candidaturas burguesas y la ya anunciada abstención del Partido Nacionalista Peruano, del Comandante Ollanta Humala Tasso, los más posible es que se produzcan una importante cascada de voto nulo – en Perú el voto es obligatorio y se penaliza la abstención con 25 dólares) que favorecería el triunfo electoral de Keiko Fujimori, aun cuando no se incremente substancialmente el su votación en el repechaje de junio próximo respecto de la primera vuelta.

En cuarto lugar; los resultados electorales confirman la defunción política definitiva de los viejos partidos del establecimiento neocolonial peruano: el APRA, el Partido Demócrata Cristiano de Bernachea y la franquicia Gana Perú, de Alejandro Toledo que, pese a la operación publicitaria mediática desarrollada, no fueron capaces de alcanzar niveles mínimos de votación, quedando su escuálidas representaciones parlamentarias como peones del ajedrez político peruano.

En todo caso, no puede sino calificarse como una nueva derrota política para la izquierda los resultados obtenidos, por cuando, aun siendo cuantitativamente buena la votación alcanzada por el Frente Amplio, de reciente creación y plural integración, con una joven candidata como Verónica Morales, surgida de la academia y la denuncia social, el previsible resultado del boletaje de junio ensancha el camino para el reforzamiento de control oligárquico-burgués sobre el Estado y la sociedad peruana y la subordinación política, económica y militar de la República del Perú a los planes anti-integracionistas y restauradores del neoliberalismo y la globalización que la Alianza del Pacífico, con Mauricio Macri, Enrique Peña Nieto, Juan Manuel Santos y , ahora Keiko Fujimori, teniendo como instrumento su Alianza del Pacífico, pretenden imponer en la región, en permanente confrontación con las corrientes patrióticas, soberanistas y de Justicia Social que siguen representes en Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Guyana y Venezuela.



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Yoel Pérez Marcano


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