Unos dicen que los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP) son revolucionarios, otros dicen que son una copia de lo aplicado en países africanos durante tiempos de hambruna (la ONU lanzaba bolsas de comida desde sus aviones). Como de costumbre la polémica se alimenta con la polarización. Tanto así que la cúpula de la MUD no duerme por culpa de los CLAP. Les mortifica que el gobierno nacional le lleve comida a todo el pueblo y le ponga fin a la pesadilla del desabastecimiento, las colas en supermercados y el criminal sobreprecio y especulación cometido por los bachaqueros.
La MUD dice que los CLAP son para chavistas, gente que ellos describen como arrastrada, indigna, chupamedias, menesterosa, lumpen, limosnera, floja, marginal, piltrafa, parásita, fracasada, negra, pelo malo, hedionda y despreciable.
Desde el punto de vista de los jefes de la MUD, nadie que sea opositor debe participar en los CLAP sin embargo he visto mucha gente desobedeciendo el llamado de sus groseros dirigentes y se suman a los CLAP, en definitiva, los CLAP están creciendo como la espuma y se multiplican por todo el territorio nacional. En los laboratorios de Bogotá, Miami y Madrid estudian la forma de sabotearlos.
Cada día miles de antichavistas se incorporan a los CLAP, incluyendo vecinos míos han tocado mi puerta para preguntarme por los CLAP a pesar de que hasta ayer me confesaban su odio radical contra todo lo que sea chavismo, cortesía de ciertos medios de comunicación en Venezuela.
Todos los seres humanos tienen derecho a comer y en Venezuela comerán. Pero, advierto, y no me da pena decirlo, la organización y administración de las redes para abastecer de comida al pueblo, o sea, los CLAP son exclusivamente para chavistas. Allí no cabe otra gente, salvo todo venezolano honesto cuyo comportamiento esté estrictamente vigilado y enmarcado en el plan de la Revolución Bolivariana de garantizarle comida al pueblo como lo establece la seguridad alimentaria en el artículo 305 de la Constitución.
Recordemos, los CLAP son un instrumento basado en el decreto de emergencia económica para resolver la escasez de alimentos provocada por empresas privadas que sabotean la economía con el objetivo político de tumbar al gobierno.
Considerando que por un lado, los chavistas queremos la total normalización de la producción y abastecimiento de alimentos; y que por el otro lado la oposición o por lo menos su dirigencia busca empeorar la crisis económica con fines político electorales; se hace evidente que la estructura de los CLAP sólo pueden estar en manos de los revolucionarios porque de lo contrario habrá sabotaje.
Insisto, a diferencia de los CLAP, lo que realmente es un derecho universal de todos los venezolanos, incluyendo opositores, es la seguridad alimentaria (CRBV art. 305), por ejemplo, que haya disponibilidad de comida para toda la población. En pocas palabras: al opositor radical, obediente a su fascista dirigencia atornillada en la MUD, no le interesa ser miembro de un CLAP, salvo para destruirlos. Y eso no debe ser permitido.
Ojalá los CLAP cada día más estén acompañados por un conjunto de medidas del gobierno que permitan superar la actual emergencia económica. En cuanto a corregir problemas de fondo en la economía, es urgente desmontar las mentiras de las empresas privadas inventando todo tipo de excusas para producir menos alimentos y chantajear al gobierno con que les entreguen millones de petro dólares preferenciales o de lo contrario matarán de hambre al pueblo.