Lo que para el mundo parecía ser la fábula del pastor mentiroso y el lobo, empieza a ser una realidad.
Después de varios meses de amenazas, incluso desde su campaña electoral, el regente de la casa blanca ha decidido materializar el inicio de un verguero comercial contra el gigante asiático y primera economía del planeta.
Muy a pesar de que china ha dicho que no iba hacer el primer disparo en este verguero, ha respondido de manera contundente contra 545 productos de la tierra del tío Sam, entre los que destacan la carne de cerdo, el trigo, productos lácteos, el arroz y la soja, alimentos importantes en la dieta de los chinos y que golpeará fuertemente a los agricultores y productores gringos.
También gravarán vehículos, petróleo, gas propano y químicos. Todos estos aranceles se cobrarán a partir de este fin semana y alcanzarán, por ahora, unos 30.000 millones de dólares.
Trump, también enfrenta la revisión de portafolio de inversiones chinas en su territorio, tema sensible para esa economía, que ha optado por el "proteccionismo" para sus empresas con la visión de que podrían volverse más "competitivas".
Lo cierto es que, las medidas adoptadas por China en este verguero, sobre los productos estadounidenses se traducirán en pérdida de empleos, ralentización de las inversiones y subida de los precios en la tierra del sueño americano.
El magnate Donal Trump, ante lo anunciado por el vocero del ministerio de comercio chino, Gao Feng, amenazó con armar más verguero del que hay, con una nueva remesa de aranceles a otras exportaciones de ese país, que totalizan unos 200.000 millones de dólares en caso que el Gobierno de Xi Jinping responda, como en efecto respondió al verguero que se prendió.