(Tragedia cultural)

París bien vale una misa…en Notre Dame

Los eventos trágicos en lo político, económico, social, cultural, natural o accidental, que sucedan en cualquier lugar del mundo nos atañe; diría cualquier ciudadano que lleve el planeta tierra y el quehacer de sus pobladores en su espíritu. Terencio (Siglo II. A.C) lo había dicho: "Hombre soy, nada humano me es ajeno".

¿Qué hay detrás de una Catedral? Pues, una voluntad política, ideas, Arte, Fe, es la expresión de las habilidades y destrezas humanas en determinadas comunidades y en un tiempo histórico; es además un hito, un símbolo y un lenguaje. Eso ha sido durante más de ocho siglos para Paris y el mundo la Catedral Nuestra Señora de Paris.

La Cultura de lo que se llamó Europa Occidental ha sido como todo hecho histórico una continuidad de relaciones, de aportes de pueblos, de quiebres, y de síntesis temporales de toda naturaleza, en todos los órdenes de la producción y reproducción de la vida psíquica y material.

En ese sentido los estudiosos del Arte han convenido en organizar el abordaje del conocimiento a través de ciertas caracterizaciones de las Obras, la Sociedad y su Tiempo. Algunos de ellos se han referido al Arte Románico, periodo correspondiente a los siglos XI y XII. Donde ubican Catedrales como la citada.

Esta Iglesia católica, ubicada en la "Isla de la Cité" en el centro parisino, de alguna manera su imagen ha estado al alcance de mucha gente, por su presencia en el cine, en la novelística y como icono de una ciudad que durante muchos años los galos la han considerado el centro del mundo. El historiador Lievano Aguirre, relata que en 1804, Simón Bolívar, fue testigo de la coronación del Emperador Napoleón Bonaparte en Notre Dame.

Esta hermosa edificación cuya abundante decoración le imprimía un carácter Gótico que lo separaba un tanto del Románico, al fin y al cabo, como hemos dicho, estas obras eran desarrollos, aportes constructivos y síntesis, donde habrá que ser cuidadosos para evitar purismos en la interpretación de estilos.

Esta Catedral, de más de ocho siglos, ubicada eso, sí, en un centro mundial de conflictos, guerras, invasiones, revoluciones, intervenciones y reparaciones, de nuevo tendrá que curar sus dolencias físicas. Esperamos que este inmenso monumento cultural, que: con sus Arbotantes se asemeja a un gran insecto cósmico, vuelva a integrarse a la comunidad del Arte, a la historia y a la gente de Fe.

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

Nota: La primera parte del Título, lo tomé prestado.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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