Iniciamos estas notas a hora del inicio del “Congreso Internacional de la Comunicación” saludamos y damos la bienvenida a la tierra de Bolívar y Chávez a todos los hermanos y colegas de 40 países, que nos visitan para participar en tan magno evento, mandato de Foro de Sao Pablo, esta trinchera de lucha se engrandece, a trazar planes de acción para la Comunicación Popular y emancipadora.
Reiteramos que no pretendemos realizar una discusión teológica, sobre el golpe de Estado en Bolivia, lo que está sobre la palestra es el asesinato de un pueblo humilde y sacrificado, el Pueblo del Estado “Plurinacional”, que por vez primera ha sido tomado en cuenta como sujeto histórico, desde la presidencia de nuestro Libertador Simón Bolívar en 1825. Bolivia no tenía un mandatario que colocara al pueblo indígena en el centro de su gestión, como lo realizo Evo Morales y Álvaro García Linera, junto al Partido Movimiento al Socialismo, no hay motivo ni escusa lógica y menos razonables, para que el hermano Evo M, sea depuesto de su cargo, solo la felonía de una casta dominante y fascista, que ha asaltado el poder para apropiarse del trabajo y esfuerzo de la gestión que encabezó Evo M.
El cuadro conspirativo que hemos presenciado en Bolivia, entre los innovadores aportes esta la sedición cívico-religiosa, se pretende la utilización del factor católico-religioso como “Caballo de Troya”, retrotrayéndonos a los oscuros días de la inquisición y la guerra santa. El factor religioso como elemento de dominación y sometimiento colectivo, en forma avasallante y brutal contra todo lo existente y relacionado con el Estado Plurinacional, de forma inmisericorde y criminal. Secuestro de familias para extorsionar a servidores públicos, linchamiento público y mediático de una alcaldesa, como escarmiento, castigando a una mujer humilde por haber osado ocupar un cargo reservado a la clase blanca y dominante por la gracia de dios y la fuerza, rememorando la camorra de Mussolini, entiéndase fascismo.
La perversión teológica negadora de toda cosmovisión y creencia de nuestras culturas ancestrales nos retrotrae al oscurantismo de la edad media, con premeditación y alevosía, en una gigantesca operación de guerra psicológica, asumida por el aparato mediático-comunicacional de la derecha boliviana, explosionando al Estado-Nación desde dentro (ejercito-policía-tribunal supremo), toda la institucionalidad cuadro a discreción del golpe. Los movimientos sociales institucionales y las expresiones del pueblo burocráticas (sindicatos-movimiento indígena), asumieron un silencio cómplice y luego la negociación con los asesinos golpistas, incluidos sectores del partido de gobierno movimiento al socialismo, triste espectáculo la paz con sangre.