La insensatez de Trump amenaza con una nueva guerra mundial

La inmadurez política de muchos norteamericanos los llevó a elegir a un empresario ambicioso con un discurso demagógico que hoy los tiene al borde de una nueva guerra, tras la orden de Donald Trump de asesinar con drones al general Qasem Soleimani, comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Las reacciones no se han hecho esperar y tanto Irán como Irak reclamaron el retiro de tropas estadounidenses de la región al tiempo que millares de iraníes han prometido venganza e, incluso, se ofrecieron como voluntarios en su afán de que se haga justicia. Y no se necesita ser un experto en política internacional para recordar que cuando se ponen en pie de beligerancia, van en serio, sin escatimar esfuerzos.

Una cortina de humo muy costosa

Lo que hizo Trump como cortina de humo frente al juicio político que pesa sobre sus hombros, se le convirtió en un boomerang y multitudes de ciudadanos reclaman en varios estados que el gobierno no promueva la guerra con Irán.

Por su parte desde varios países se han escuchado voces llamando a Estados Unidos e Irán a rebajar la tensión, en momentos en que el país de oriente medio se ha fortalecido en su capacidad nuclear tras el retiro dispuesto por Donald Trum del acuerdo nuclear, en mayo del 218.

El gran problema del mandatario norteamericano es su miopía en cuanto a las relaciones internacionales y la arrogancia que le lleva a subestimar a otras naciones. Es tal su capacidad de desestimar a los demás, que a comienzos de este año se atrevió a decir que Irán no tenía la capacidad de fabricar un arma nuclear.

En Latinoamérica tenemos un dicho muy popular que reza: "Perro que no se conoce, no se le jala la cola". Y todo apunta a que está alborotando avisperos sin pensar en nadie más que en él mismo y en su aspiración de ser reelegido como Presidente.

Las consecuencias de la insensatez

La insensatez de Donald Trump salpica, no solo a su pueblo, sino al mundo entero. Las consecuencias más inmediatas son un aumento en el costo del petróleo en los mercados internacionales, inestabilidad en los mercados bursátiles, más ataques y represalias contra el pueblo norteamericano lo que a su vez genera inestabilidad entre las comunidades y, por último, la expectativa de una inminente guerra que encendería la mecha en el golfo Pérsico.

Las razones que esgrimió el presidente estadounidense para acabar con la vida del general, Qasem Soleimani, y las personas que le acompañaban en el aeropuerto de Bagdad, no tienen el peso suficiente que pretendió al pronunciarse ante la opinión pública.

De hecho, es conocido por su mitomanía. Un reciente documental de CNN "Todas las mentiras del presidente", así lo demuestran. Sus realizadores se dieron a la tarea de mostrar los equívocos y engaños que hay en sus pronunciamientos.

Además de su afán de cubrir con un velo la expectativa que hay sobre el juicio político que empañará su administración, no se puede desconocer el interés que históricamente ha tenido Estados Unidos sobre países productores de petróleo como Venezuela y el oriente medio. De hecho, Irán tiene la tercera mayor reserva de hidrocarburos del mundo. Nada mejor para los intereses del empresario ambicioso que procurar invadir su territorio para hacerse con ese "botín". Pero es evidente que los iraníes no lo permitirán porque los mueve la convicción antes que las conveniencias.

El temor generalizado: una nueva guerra

Lo que comenzó con el argumento de que procuraba evitar una guerra y no avivarla, tal como lo dijo Donal Trump a la opinión pública, se ha convertido hoy en una amenaza de guerra de alcances insospechados. Lo que hizo, fue una torpeza.

El general Qasem Soleimani, era uno de los personajes más populares de Irán y un temido adversario de Estados Unidos y de sus aliados. Los presidentes George W. Bush y Barack Obama pudieron atentar contra él, pero no lo hicieron. Los dos concluyeron que matar al jefe militar más poderoso de Irán solo generaría el riesgo de una guerra más amplia con ese país, alejaría a Estados Unidos de sus aliados en Europa y Medio Oriente y socavaría a los norteamericanos en una región que ya le había costado muchas vidas en las últimas dos décadas.

Trump con su consabida arrogancia y ánimo colonialista, no lo consideró así y apretó el gatillo. Ahora lo que ha desatado es un el temor generalizado a una nueva guerra y sabe Dios a cuantos afectará si se desencadena. Muchas vidas inocentes podrían ser sacrificadas a costa de un empresario que no mide el alcance de lo que hace y pasa por encima de decisiones que debería tomar el Congreso de su país.





 



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Fernando Alexis Jiménez

Periodista. Actualmente presidente del Sindicato Unitario de Empleados de la Gobernación del Valle (SUGOV) y dirigente de Fenaltrase en Colombia.

 fernandoalexis.jimenez@gmail.com

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