1. Caos en la Familia Monster
Hay desesperación entre los "expertos" de los mainstream media en Estados Unidos y los analistas de café-bohemio azteca por resolver el siguiente enigma cognitivo: ¿Por qué la hermosa y exitosa familia Trump se dividió, con la bella Ivanka y el inefable consiglieri Jared Kushner --teledirigidos por el gran estratega republicano Karl Rove-- en favor de que Daddy reconozca su derrota electoral, mientras que los dos hijos del magnate se aferran como pit Bulls a que la pelea sea a muerte?
Tampoco les queda claro a los comentaristas porque el enblemático "Mr. You are fired" no concibe, que 75 millones de estadunidenses le dieron una patada en la parte, donde la columna vertebral pierde su nombre; o, tampoco, por qué Trump pone en peligro a "la democracia", como lamentan los comentaristas liberales del Imperio y sus clones ideológicos en América Latina y Europa. Les escapa a esos gigantes analíticos que por lógica no se puede poner en peligro algo, que nunca ha existido en Estados Unidos.
2. Abrazos, no balazos
Todo este seudo debate no es, por supuesto, más que un show pirotécnico de los operadores ideológicos del sistema, para distraer de la esencia plenamente obvia de lo que está pasando en la principal "granja de animales" del capitalismo contemporánea: el delincuencial administrador temporal del Animal Farm, Donald Trump, que en cuatro años hizo más enemigos de lo que conviene en política, está tratando de hacerle entender a los nuevos administradores temporales que no deben patear el pesebre. Que el quid pro quo a negociar es la inmunidad de prosecución fiscal contra la paz en la transición. En la narrativa del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador: "Abrazos, no balazos".
3. ¿Qué armas tienes?
La poesía política, como todos sabemos, sirve para la arenga y el púlpito. Pero, en el mundo de la realpolitik y del survival of the fittest es el poder de las armas que decide. ¿Qué armas tiene, entonces, el gran embaucador de El Arte de la Negociación (The Art of the Deal) y delincuente de cuello blanco, Donald Trump, ante sus adversarios triunfantes?
La respuesta es evidente y sencilla: ejecutar una especie de golpe de Estado institucional sigiloso, obstruyendo la transición de Biden a la Casa Blanca durante las siguientes nueve semanas y llenando los puestos de dirección de las principales instituciones de poder del sistema con sus talibanes incondicionales. En resumen, conservar las propias fuerzas y preparar el terreno para la "contrarrevolución de color", que los trumpistas tienen programada para el regime change anti-demócratas de los próximos cuatro años.
Los muy recientes cambios y los futuros planeados para el Pentágono, el FBI, la CIA y la Corte Suprema, entre otros, evidencian en plenitud tal estrategia, al igual que la mentira del fraude electoral, cuya función es mantener activos a los 70 millones borregos de la manada de Trump --que sí tienen herd immunity contra los hechos y todo argumento racional-- y sus fuerzas fascistas (milicias, supremacístas blancos, racistas, integristas evangélicos, etc.), en la guerra del poder con los demócratas.
4. ¿Puede salvarse Trump?
El principal arma de los demócratas son los delitos locales y criminales cometidos por Trump, para los cuales el magnate no tiene facultad de auto-perdonárse, por ejemplo, los delitos fiscales en Nueva York y Manhattan. Sin embargo, considerando, que el orden de batalla entre ambas fuerzas está más o menos equilibrado (70 vs. 75 millones de ciudadanos); que los republicanos y demócratas son caimanes del mismo pozo –peones de Wall Street y del complejo militar-industrial-- y que la política es el arte de lo posible (alianzas), el desenlace más probable del actual escenario es la componenda entre los dos testaferros de la oligarquía dominante.
Por lo tanto, los encargados de la pirotécnica mediática, las pitonisas del imperialismo gringo supuestamente bimodal y los catastrofístas de la guerra civil en Estados Unidos, pueden descansar en paz.
¡La Rebelión en la Granja no llegará a mayores y los latinoamericanos seguirán siendo vasallos del Imperio de Monroe!
Con alternancia entre "republicanos" y "demócratas", pero sin alternativa real de gobernanza.