Caos internacional

La situación en la que se encuentra nuestro país de ataque sistemático contra sus instituciones e inclusive su existencia como estado se contextualiza en un mundo donde todas las referencias internacionales de orden, como son organizaciones, convenios, tratados, supuestos como la conformación de estados liberales, han desaparecido en la medida que el crecimiento del capital en los Estados Unidos ha llevado a considerar todos estos elementos y su configuración internacional como un obstáculo para su expansión e incremento de ganancias.

Al final es la ley norteamericana la que prevalece sobre todos, inclusive Rusia y China, afirmando que es una sociedad con leyes escritas la que se está imponiendo, cuando en realidad no hay nada escrito y las situaciones se solucionan en el día a día en su mejor interés e inclusive en detrimento de sus aliados como los países europeos que se ven marginados y solo seguidores de esas decisiones que se toman.

Esto genera un caos total entre los países periféricos y empobrecidos que se ven sub capacitados para enfrentarse a estas fuerzas colosales. Este mundo de caos actual se ve además avivado por una aparente diferenciación en los Estados Unidos entre los dos partidos dominantes que tienen, pareciera, visiones opuestas sobre sus problemas, que lleva confrontaciones internas no antes vista en el propio centro del imperio. Aunque esto alimenta el caos general, ambos están de acuerdo en ejercer un dominio hegemónico sobre el mundo y los intereses de otros países les saben a nada.

Se da la impresión que se está creando un mundo sin ley internacional, solo basado en sus intereses económicos y de acumulación de riquezas lo que lleva a deducir que están dándose manifestaciones Colonialismo y Neocolonialismo donde nuestros países son sometidos a colonización por ahora no territorial excepto en Argentina o explotación cultural y económica. Esta posición colonizadora se ve fortalecida por las prácticas de las empresas multinacionales que imponen sus leyes en los países no industrializados, lo cual es una expresión del neocolonialismo. Recordar que la desindustrialización, caso también Argentina hoy, es una de las políticas centrales de dominio de estos países.

Las Instituciones Internacionales juegan en este caos internacional claramente a favor de los países poderosos, inclusive aquellas que no están directamente bajo su mandato como es el caso de las Naciones Unidas, la cual cuando no responde a sus reclamos es desplazada de las decisiones. Otras instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización para el desarrollo industrial, ONUDI, solo aplican políticas pro imperialistas independientemente de si contribuyen o no con el caos mundial.

Pero este caos no se queda en lo macro, en lo económico o lo social sino que se lleva a lo mental, siendo una de las vías de acción inmediata las redes que transmite cualquier información por muy descabellada que sea o que sea muy descabellada para generar más caos. Una de esas informaciones descabelladas es que Edmundo gano, pero no dicen con cuantos votos, no dicen números, solo afirmaciones desenfrenadas como "eso lo sabe todo el mundo" o "eso se ve en todas partes". Solo caos. Otra de las vías al caos mental se aplica desde nuestras escuelas, donde ya Estados Unidos no va con canticos de "amistad y buena vecindad" sino con consumismo, anarquía y mala conducta, a través también de las redes, que los niños consumen ávidamente.

Ante este mundo caótico pro imperialista, no es pre revolucionario, Venezuela y los países latinoamericanos deben esforzarse por desarrollar posturas de resistencia para preservar sus valores propios, que fortalezca su identidad nacional, caminos adecuados para mejorar su soberanía económica y social, lo cual es imposible individualmente. Es necesario crear alianzas cada vez más fuertes y completas.

De llegarse a una hoy imposible unidad los países latinoamericanos estarían en mejor capacidad de negociar en igualdad de condiciones con las potencias mundiales y proteger sus intereses nacionales, fortaleciendo su posición en la arena internacional. Sin embargo, es importante reconocer que enfrentar a las potencias mundiales es un desafío y requiere estrategias cuidadosas y sólidas, resistencia y lucha para lograr resultados positivos, que nuestros países, con la excepción de Venezuela no tienen capacidad de elaborar.



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Oscar Rodríguez E


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