El primer mandato Presidencial de Donald Trump estuvo marcado por dosis extremas de volatilidad debido a su personalidad paranoica aunque el leitmotiv de su mandato fue implementar un Estado Presidencialista con claros tintes autocráticos, forma de Gobierno orwelliano que podría cristalizar tras las Elecciones Presidenciales del 2024.
Escenario político inédito en EEUU?
Al disponer Trump de un poder omnímodo en su nueva Presidencia, podrá implementar una dictadura distópica que beberá de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y que explicaría su mensaje encriptado a las Comunidades cristianas: "Cristianos, salgan a votar. Sólo por esta vez. Ya no tendrán que hacerlo más... en cuatro años más, se solucionará, todo estará bien, no. Ya no tendrán que votar más, mis hermosos cristianos".
El nuevo sistema de Gobierno trumpiano se caracterizará por el culto al líder, la implementacion de la censura en los medios de comunicación, la vigilancia orwelliana de la población refractaria a sus postulados.
Igualmente, ha prometido la deportación masiva de indocumentados sirviéndose de la todavía vigente Ley de Enemigos Extranjeros de EEUU, aprobada en 1798 y que el presidente electo Donald Trump ha prometido usar para cumplir su promesa de deportaciones masivas que podrían afectar a cerca de 1 millón de personas indocumentadas.
Ley de Insurrección (Insurrection Act)
La llamada ley de insurrección fue aprobada por el Congreso de EE.UU. el 3 de marzo de 1807, es una "ley federal que autoriza el empleo de las fuerzas terrestres y navales de Estados Unidos en casos de insurrecciones".Sin embargo, dicha Ley sería lo suficientemente ambigua como para incluir movilizaciones pacíficas que no coincidirían en la descripción de desorden, insurrección o rebelión.
Para su nuevo mandato Presidencial, Trump estaría pues sopesando implementar un Gobierno orwelliano y resucitar la Ley de Insurrección (Insurrection Act) de 1807 para contener los previsibles conatos de rebelión ciudadana sacando a las calles a la Guardia Nacional y al Ejército, con lo que se avecina un escenario político inédito, distopía negativa que supondrá el finiquito de la decadente democracia estadounidense.