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Uribe mantiene secuestrado el cadaver de Jorge Eliecer Gaitán

En su calidad de Primeros Mandatarios de nuestros países hermanos, Ecuador y Venezuela y con el poder que les han otorgado sus pueblos, me dirijo a Sus Excelencias en momentos en que se avecina el 60 aniversario del magnicidio de mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, cuyo cadáver ha sido secuestrado por el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Rueda, impidiéndonos a mi familia, a mis compañeros gaitanistas y a mí, acercarnos a su tumba a rendirle homenaje, bajo influencia del Alto Comisionado de Paz, el psiquiatra Luis Carlos Restrepo, hijo de un paramilitar de los años 40, a quienes en aquel entonces se les llamaba “chulavitas” y quien con el odio heredado contra el gaitanismo escribió un ensayo titulado LA SANGRE DE GAITAN, donde denigra a mi padre y afirma que “…se hace imprescindible aclimatar la profesión de enterradores, astutos maestros del olvido que nos ayuden a recuperar la fuerza y la inocencia en aquellos momentos en que el culto a los muertos - y a los poderes que los representan – torna irrespirable el ambiente para los vivos”. Y añade: “Momento de declararnos insolidarios con la historia, de asumirnos como apátridas si la patria sigue reduciendo a la estupidez colectiva de aplastar la vida para que la sangre de mártires y caudillos continúe viva.”

Bajo esta misma pauta el Presidente Uribe liquidó el Instituto Jorge Eliécer Gaitán, creado originalmente para conservar la memoria del líder popular y divulgar sus doctrinas socialistas, anticapitalistas y antiimperialistas y se apoderó de la Casa-Museo Jorge Eliécer Gaitán, que heredé de mi padre y sigue siendo de mi propiedad, así como de todas las pertenencias que fueron de mis progenitores, que el gobierno hizo embargar en un allanamiento que realizaron en el lugar donde yo las tenía resguardadas.


Ahora, cuando la Superintendencia de Notariado y Registro se apresta a confirmar la legalidad de los títulos de propiedad a mi nombre sobre mi casa natal, convertida en Museo, la Contraloría General de la República se ha prestado a ordenar su embargo como fórmula torticera para nombrar un albacea que impida que la casa regrese a mis manos y, por mi conducto al pueblo, ya que le ofrecí la casa en comodato a la Alcaldía Mayor de Bogotá - regida por un miembro del Polo Democrático Alternativo, partido al cual pertenecemos los gaitanistas doctrinarios.- tan pronto los estrados judiciales obliguen a la Universidad Nacional de Colombia, que actúa a nombre del gobierno, a devolverme lo que es de mi propiedad, siendo que la Universidad Nacional durante 60 años se negó siempre a cumplir lo ordenado en la Ley 45 de 1948, expedida por el Congreso de Colombia en honor de mi padre, que le encomendaba varias actividades en homenaje al líder asesinado. Cínicamente alega el rector de la Universidad que son ellos los llamados a orientar las actividades de la Casa-Museo para concretar el propósito de enterrar su legado revolucionario bajo el lema MATARON A GAITÁN, convirtiéndolo en “icono inofensivo” al servicio del Imperio, porque no hay que olvidar que no sólo existen parapolíticos sino que también operan paracadémicos y agentes de la CIA en el mundo académico.

Así se vienen cumpliendo con mi padre los mismos términos de la condena a muerte al gran líder comunero José Antonio Galán quien, traicionado por el Virrey, dice textualmente: “será declarada por infame su descendencia, ocupados todos sus bienes y aplicados al Real Fisco; asolada su casa y sembrada de sal, para que de esta manera se dé al olvido su infame nombre…"

Por estas razones solicito a Sus Excelencias, que han comprendido de lo que es capaz un régimen que desprecia la soberanía de los países hermanos, que no tiene conmiseración con la vida de los rehenes y que se ensaña sobre el cadáver y la memoria de un héroe colombiano, secuestrando su cadáver y declarando infame a su descendencia, que me otorguen una audiencia antes del próximo 9 de abril a fin de analizar la posibilidad de que el cadáver de mi padre sea trasladado al panteón donde reposan los restos de Simón Bolívar en Caracas y los de mi madre, ahora enterrada en el mismo lugar en que está cautivo mi padre, al Ecuador, tierra de Manuelita Sáenz, mientras Colombia recupera la dignidad, el respeto a los derechos humanos y a la soberanía de nuestros pueblos hermanos, para que regresen a su tierra cuando llegue el momento en que sea barrido de nuestra patria un régimen que nos avergüenza ante propios y extraños, donde prima el paramilitarismo y la violencia.

Clamo porque Uds. y los pueblos que representan, le den asilo a los despojos mortales de mis padres como camino de liberación para que su recuerdo sea mantenido y conservado en la memoria popular de Nuestramérica. Respetuosamente,

GLORIA GAITÁN
c.c. colombiana 20’144.757 de Bogotá

Correo-e: glorigaitan@yahoo.es
Telefax 2110260

glorigaitan@yahoo.es


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Gloria Gaitan


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