La crisis del capitalismo y la izquierda


Nueva crisis del capitalismo, al estilo de la de 1929, las tesis del capitalismo de casino se confirman, el Estado norteamericano se contradice una vez mas e interviene pesadamente, demostrando que su confianza en el mercado no era tan grande como su propaganda exhibía . El capitalismo neoliberalismo muestra sus vísceras, las tesis de la izquierda de critica – keynesiana o anticapitalista – al neoliberalismo se confirman.

Los izquierdistas nos reímos, al ver confirmadas nuestras tesis sobre el carácter antisocial y tal vez terminal del capitalismo, nos restregamos las manos ansiosos por las consecuencias sociales y políticas de la crisis.

Debemos hacer eso? O tal vez debiésemos preguntarnos cuan preparados estamos para enfrentar esta nueva crisis con alternativas de izquierda? No solo con tesis, sino con fuerza social, política, ideológica, como para disputar la hegemonía en crisis. Para poder preguntarnos si las medidas que los gobiernos tomarán representarán mas sufrimiento para los pueblos, mas desesperación, abandono, desempleo, informalidad, sin que puedan ver que habría otras alternativas.

Si nos limitamos a un papel intelectual, a ser críticos do capitalismo, la nueva crisis es un gran banquete. Podemos regocijarnos y recrear todos los días y semanas nuevos textos que prevén – “como ya lo habíamos escrito” – el fin del capitalismo para dentro de poco tiempo.

Pero todo augurio catastrófico se equivoca. En los años 30, la Internacional Comunista adhirió a las tesis del Economista Emilio Varga, que retomaba las tesis de Lenin para diagnosticar que la crisis de 1929, llevaba al capitalismo –finalmente_ a su etapa final.

En cuanto el New Deal rescató al capitalismo de sí mismo, fue introducida la categoría “segunda fase de la etapa final del capitalismo”. En este momento, ya debemos estar por la quinta o sexta fase.

Giovanni Arrighi recuerda como, en los años 70, a la discusión no era sobre el fin del capitalismo, sino cuando, donde y como terminaría el capitalismo – tema que aparentemente era asumido hasta por los mismos teóricos del capitalismo.

No obstante, como el propio Lenin nos recuerda, el capitalismo no cae ni caerá si no es derribado – como demostraron los procesos revolucionarios que terminaron con el capitalismo, temporal o definitivamente. No solo no cae por sí mismo sino que hasta demuestra capacidad de recuperación Quien diría que a patria de Lenin, aquella de la primera revolución obrera-campesina de la historia de la humanidad, vería restaurado el capitalismo, en una versión mafiosa?

Quien diría que los Estados Unidos, “heridos de muerte” por la crisis de 1929, comandarían el mayor y mas profundo ciclo largo expansivo del capitalismo de su historia – su “era de oro”, según Hobsbawn – en la segunda post-guerra, presionando a la URSS y derrotándola tecnológica e económicamente, antes de favorecer su implosión política?

No digo esto para ser caracterizado como diseminador de visiones apologéticas del capitalismo o para alentar el desánimo, sino para cumplir la saludable afirmación de Brecht, de que “debemos tomar al enemigo por su lado mas fuerte”, para no equivocarnos sobre las condiciones reales de lucha contra él, para no subestimar sus fuerzas y, principalmente, no sobrestimar nuestras fuerzas.

Ante cada crisis que la izquierda enfrenta riéndose y restregando las manos, entra y sale mas derrotada aún, porque se contenta con la contemplación de los últimos días de una Pompeya capitalista, que insiste en sobrevivir, gracias a la falta de alternativas – teóricas e políticas – de la izquierda. De esa misma izquierda que parece creer que, finalmente, un día, no muy lejano, los pueblos del mundo se convencerán de sus tesis apocalípticas, sin haberlas construido como fuerza económica, social, política e ideológica.

Por el momento, como decía Marx de la pequeña burguesía -, parece que el pueblo todavía no está maduro para entender las tesis de una izquierda que se contenta consigo misma, con nuestras maravillosas tesis que nos dicen que a largo, medio o corto plazo, inevitablemente la historia revelará que camina para el socialismo.

Poco habrán aprendido de los virajes – revolucionarios e contrarrevolucionarios – del siglo XX, siguen esperando ver pasar el cadáver do nuestro enemigo, en lugar de preparar meticulosamente la realización de nuestros sueños y de nuestras utopías, como recomendaba el realismo revolucionario de Lenin.

Publicado en Agencia Carta Maior/ Traducción Insurrectasypunto


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Emir Sader

Emir Simão Sader es un sociólogo y politólogo brasileño. De origen libanés, se graduó en Filosofía por la Universidad de São Paulo, donde obtuvo una maestría en filosofía política y un doctorado en Ciencias Políticas Es profesor de la Universidade de São Paulo (USP) y de la Universidade do Estado do Río de Janeiro (Uerj), es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Uerj y autor, entre otros de "A vingança da História".

 @emirsader

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