Cuando 27 de septiembre, en Margarita, el Presidente Hugo Chávez Frías, instalaba la II Cumbre de Jefes de Estados y de Gobierno de América del Sur y África, mucha agua había corrido bajo los puentes de los inmensos ríos que surcan estas ricas regiones, convierdolas en la gran reserva hídrica y forestal del maltratado planeta tierra. Por África corre los caudalosos Nilo, Congo, Níger, Senegal, por aquí los bravos Amazonas, La Plata, Orinoco, Magdalena. Agua para la vida.
En diciembre de 2006, en Abuja, capital de Nigeria, el país más poblado de África Occidental, unanimemente se designó a la Patria de Simón Bolívar para que realizará la II Cumbre. El reto era máximo. Teníamos que superar los obstáculos que tuvo la primera, en cuanto a convocatoria, y resultados políticos tangibles. Abuja entre abrió las ventanas, Venezuela tenia la misión abrir definitivamente las puertas.
Una cumbre novedosa y viva, exigían sudamericanos y africanos. No faltaron los pesimistas y críticos de usanzas, pero sobrarían las esperanzas y los deseos de arrancar al fin la cooperación entre pueblos con historia y destino común.
LA CUMBRE MÁS GRANDE EN VENEZUELA
Lo primero fue darle organizacidad a la II Cumbre. Además de las clásicas reuniones de altos funcionarios (directivos), de ministros y cancilleres, Venezuela llevó la propuesta de conformar Grupos Birregionales de Trabajo que bajo la modalidad de ejes temáticos garantizaban llegar a la segunda cita con una Plan de Acción con tareas realizables, así como con una proyecto que políticamente no dejara nada fuera (como bien lo notó el Comandante Fidel Castro) y que fungiera de plataforma jurídica sólida para que ambas regiones trabajaran en su desarrollo. Estos grupos que se reunieron o bien en Venezuela, Etiopia, Libia, Marruecos o bien en Brasil, fueron: a) Agricultura y Ambiente (incluyendo seguridad alimentaria y recursos hídricos); b) Educación y Asuntos Culturales; c) Fortalecimiento Institucional, Gobernabilidad y Administración Pública; d) Asuntos de Paz y Seguridad y temas relacionados; e) Asuntos Sociales y Deportes (incluyendo salud, género, y asuntos de la juventud); f) Ciencia y Tecnología y TIC’s (incluyendo medios de comunicación); g) Comercio, Inversión y Turismo; y, por último, h) Infraestructura, Transporte y Energía (incluyendo minería).
Su operatividad es sencilla, sin grandes erogaciones, pues cada país es representado por dos o tres personas. Los resultados han sido encomiables. Vale la pena leer cada uno de sus proyectos de planes de acción, que aunque redactado con el lenguaje de estos casos (en imperativos como promover, aunar, consolidar, por ejemplo) contiene acciones medibles y realizables, que por supuesto hay que priorizar. Por la fructífera labor de estos equipos representativos, se aprobó elevarlos a Grupos Ministeriales lo cual garantizará que lo referente a su agenda de decisiones se cumpla.
RESULTADOS
En Margarita, se dieron cita 61 países de los 63 convocados. Una convocatoria si precedentes en Venezuela, a pesar de los compromisos internacionales de los gobiernos, y de una que otra presion fallida en el exterior. Ello es debido a la diplomacia activa, pluripolar de Venezuela, con el liderazgo del Presidente Hugo Chávez, a la colaboración de coordinadores como Brasil y la Unión Africana que hizo llave con el Comité Nacional Preparatorio de Venezuela, plataforma integrada por los diversos ministerios de nuestro país, que preparó sustantivamente la Cumbre durante más de dos años, a la Cancillería de Venezuela y sus equipos de trabajo, a la Secretaría Pro Tempore a cargo Despacho del Viceministro para África. Nadie desmayó a pesar de la primera suspensión en noviembre de 2008. No fueron invitados Madagascar y Guinea (Conakry) porque sus gobiernos son de facto, La República Saharaui, invitada, estuvo en las actividades del Pueblo en la Cumbre, como lo observó Venezuela en el Alo Presidente, aunque se excusó de no poder estar en el segmento de Margarita.
La Cumbre, cuyos debates de principio a fin fueron dinámica y sabiamente conducido por el propio Presidente Chávez, tuvo un valor añadido, que fue posibilitar al pueblo estar en ella a través del III Festival Cultural con los Pueblos de África, que esta vez convocó a mujeres, estudiantes, jóvenes, campesinos, indígenas, rectores universitarios y cultores de ambos continentes quienes confluyeron el sábado 26 con los mandatarios birregionales; El Pueblo en la Cumbre.
ASA se transformó en el Foro de Cooperación America del Sur – África, como se aspiraba en Abuja 2006. Ya tiene una organizacidad que va a garantizar que sus declaraciones y planes de acción se ejecuten. En primer lugar la Asamblea (Cumbre) de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministros, el segmento de altos funcionarios y ahora las instancias ejecutivas como la Mesa Presidencial Estratégica, conformada por el Grupo de Coordinación (Venezuela, Brasil, Nigeria, Libia, Unasur, la Unión Africana y 2 ó 3 países más por región debidamente postulados), la Secretaria Permanente (en Margarita), como cuerpo administrativo y ejecutivo de seguimiento que trabajará bajo la supervisión de la Asamblea y la Mesa Presidencial. Todo apunta al gran éxito de la cooperación multisectorial América – África; a mecanismos para poner al servicio de nuestros pueblos el gran potencial demográfico, energético, minero, acuífero, agrícola de las dos regiones, lo cual redundará en beneficio de la salud, educación, comunicación y cada aérea de la cooperación. La década 2010 – 2020, será la del ASA.
En Nueva Esparta, America y África escribieron página vivas para la vida. Para la acción inmediata. Fue la cumbre de las cumbres y debemos matenerla viva.
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