Ni la más somera idea de dónde sale la tradición "pagana"
(porque de esos pagos es que ha venido una de las iglesias haciendo
billete por más de 17 siglos) de rezarle a Lucía para que vele por la
salud de los ojos. No importa. Se ha podido llamar Carmen o Teresa o un más criollito Sachiko.
Lo que si es importante es saber que no hay Lucía que pueda interceder
ante las fuerzas ignotas en el caso de que te vuelen un ojo.
La pancarta leía: "Bienvenido a Nicaragua libre gracias a dios y a la revolución". Las minúsculas de libre y revolución son de Ernesto Cardenal. La minúscula de dios es mía. Con esa frase, con ese patuque intelectual, recibían los cristianos al Wojtyla, el polaco que junto a Reagan y a la Thatcher conforman lo más excecrable del fiero anticomunismo de los últimos tiempos. Con esa frase, se pretendía darle un "rostro humano" al socialismo, como si tal cosa hiciera falta. Con esa frase, se introdujo una cuña que nos costó a Nicaragua, donde empezaría una Revolución llena de "pluralismos" y "espiritualidades" para hacer frente ante un imperio hijueputa, y la Grenada de Bishop. (¡Ay Ernesto! ¡cuánta falta nos hace La Cabaña!!)...
Yo acuso a Cardenal y a todos los teólogos de la liberación de traicionar a la Revolución (¡que se escribe con mayúscula!) poniendo por delante de los intereses nacionales y universales del Socialismo (¡sin apellidos y en mayuscula!), sus creencias en poderes sobrenaturales a los que hay que agradecerle por la sangre derramada, y hasta por las oprobiosas dictaduras que nos dan ese chance tan bonito de tener que luchar por la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad y la Resposabilidad (¡que nadie se olvide, que nadie se equivoque!!).
Mucha paja loca escribió Cardenal y muchas oraciones elevó a Lucía después de que le volaron el ojo con la fotico del Ministro de Cultural de la Revolución, arrodillado ante el lugarteniente "espiritual" de los poderosos. Paja loca que nadie lee, y si la lee no borra la cagada del pato macho. El sistema se encarga de repartir la desmoralización que al campo revolucionario ocasiona semejante imagen. Y un solo mal ejemplo me basta de estos currutacos siempre desubicados, que pretenden hacerle frente a la maquinaria imperial y capitalista con ononastica espiritualidad y seguir halando brasas para la inconducente metafísica
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