La sociedad y el Estado de la República de Angola celebran, el 11 de noviembre, el 34 aniversario de la independencia con extraordinarios resultados económicos, políticos y sociales, de alta relevancia mundial, con una rica “cultura angoleña” compartida por varias etnias y una larga historia de más de un milenio, por donde han pasado reinos, comercio de esclavos, guerras de resistencia al colonialismo, negociaciones para la independencia y hasta guerras contra los invasores del apartheid, en las cuales Angola recibió la decisiva ayuda del pueblo y gobierno de Cuba.
Sólo un líder de la talla del médico Agostinhio Neto, fundador del Movimiento Popular para la Liberación de Angola iniciándose la década de los 60, y sus colaboradores y militantes agrupados y unidos férreamente en el Partido MPLA, pudieron haber previsto y contribuido a que aquellas primeras gestas independentistas se consolidaran y luego fructificaran en lo que hoy ha alcanzado el valiente pueblo angoleño. Muchas batallas tuvieron que enfrentar y mucho sacrificio conllevaron aquellas luchas.
Basta recordar que un día como hoy, en 1975, la capital angoleña, Luanda, estaba aparentemente tranquila y el pueblo angoleño alegre para recibir de los nuevos y revolucionarios líderes portugueses, protagonistas de la llamada “Revolución de los Claveles”, el traspaso de la autoridad y proclamar la Independencia de Angola, pero aquella calma duró horas.
La tranquilidad fue interrumpida porque desde hacia semanas atrás venían avanzando por el norte y por el sureste otras fuerzas africanas armadas y entrenadas, por el dictador Mobutu Seseseko y por la CIA, que pretendían disputarse y dividirse a Angola y sus ricos recursos, mientras que por el sur las tropas sudafricanas del régimen racista del apartheid se encontraban a menos de cien kilómetros de Luanda para ocuparla, una vez el MPLA obtuviera el control gubernamental.
Todos chocaron con la resistencia de las fuerzas angoleño-cubanas a lo largo de toda la década que transcurre entre 1975 y 1985.
El FLN de Holden Roberto duró unos cuantos años pero no así la UNITA de Jonas Savimbi que su acción se alargó por más de veinte años pero tuvo que morder el polvo de la derrota una y otra vez hasta que en el 2002, el caudillo Savimbi muere ajusticiado y con él la aspiración a dividir a Angola.
Pero en ese lapso, entre 1975 y 2002, ocurrieron varios acontecimientos de relevancia mundial pues a partir de 1985 con el incremento del apoyo de Ronald Reagan a Savimbi y las equivocaciones de los asesores soviéticos -según ha expresado y demostrado el historiador Piero Gleijeses en sus arduas investigaciones- la UNITA y Sudáfrica recuperaron espacios en el sur y fortalecieron las convicciones de sus tropas para creer que con el avance hacia el noroeste en dirección de la capital podrían rodear a los ejércitos angoleños que pretendían ocupar -asesorados por los estrategas soviéticos- el núcleo central del mando de la UNITA cuando lo que en realidad ocurrió fue que cayeron en la trampa de Savimbi y quedaron expuestos a la posible aniquilación de esos ejércitos angoleños a manos del dominio aéreo de los sudafricanos.
Es en ese contexto en que se produce la histórica decisión del Comandante Fidel que -a petición de más ayuda hecha con urgencia por el Presidente Dos Santos, sucesor de Neto, quien había fallecido en 1979- decide terminar, de una vez y por todas, con las amenazas y pretensiones sudafricanas enviando para Angola a la flota completa que disponía Cuba de aviones de guerra MIG y reforzando las capacidades combativas terrestres.
La fuerza aérea cubana le arrebató el dominio aéreo a Sudáfrica en la región angoleña y con ello se fue determinando el curso de los acontecimientos militares de la famosa y larga batalla de Cuito Cuanavale que comenzó en 1987 y concluyó en 1988 cuando se firmaron los acuerdos en la ONU entre Angola, Cuba, Sudáfrica y EEUU.
Mediante tales acuerdos, Sudáfrica renunció a seguir interviniendo militarmente en Angola y a todas sus pretensiones y control sobre Namibia, en tanto Cuba, de acuerdo con Angola, retiraría las tropas de ese país, toda vez que EEUU se comprometía a no apoyar más a la contrarrevolución angoleña, lo cual abrió para toda África una nueva era, según ha reconocido la mayoría de los presidentes africanos quienes dicen a menudo que “Cuito Cuanavale cambió la historia de África”.
La hazaña angoleño-cubana contra el poderío de los imperios inglés y estadounidense reeditó en África las victorias vietnamitas en Asia contra Francia y EEUU.
Ahora, al igual que Vietnam, Angola después de las guerras, ha demostrado que no hay fuerza capaz en el mundo de detener el avance de los pueblos. Ambos ocupan lugares destacados en sus regiones y continentes.
Angola hoy no está exenta de dificultades, ni de problemas, pero ya viene ocupando el primer lugar mundial de crecimiento económico en los últimos cuatro años con un 18% de crecimiento del PIB, y con un sorprendente 35% en este año 2009, cuando las potencias occidentales pasan por una profunda crisis económica y financiera que han provocado hasta decrecimientos en algunos de esos países.
Entre el petróleo y el gas se forma el 49% del PIB, mientras que un 5% lo aportan los diamantes. También, el órgano financiero internacional FMI reconoce que entre el 2002 y el 2006 la economía angoleña creció el 89,6%, lo cual hace más patente y resaltante el éxito en este 2009, reconocido por la Comisión Económica de Naciones Unidas para África, la cual ubica a Angola entre los primeros diez puestos de las economías del continente africano.
El propio FMI ha tenido que reconocer en los factores de explotación petrolera, la reconstrucción de infraestructuras productivas y la reubicación de unos cuatro millones de desplazados internos, las variables que han hecho posible tales cifras de crecimiento.
Pero más que las cifras habría que reconocer las causas y propiedades cualitativas de las mismas, las cuales se localizan en las políticas de inclusión social, de redistribución del ingreso con visión social, de planeamiento del desarrollo de forma sustentable, de control de las riquezas y los recursos naturales no renovables y de amplia participación política de la población, solo alcanzables mediante una revolución socialista con profundas particularidades africanas que rectificó y continuará rectificando lo que sea necesario, siguiendo el ideal de Agostinho Neto, el fundador de la Patria.
"Estas grandes conquistas, conseguidas en tan poco tiempo, llenan a todos los angoleños de orgullo y consolidan su confianza en el futuro. Estas sólo son posibles de alcanzar a través de la paz, en concordia social y cuando un país asume como propia su responsabilidad de desarrollo, progreso y bienestar de sus ciudadanos" afirmó en la pasada Asamblea General de la ONU el ministro angoleño de Asuntos Exteriores, Asunción Afonso dos Anjos.
Es un gran aniversario, el pueblo angoleño se lo ha ganado, también con el apoyo de otros pueblos y gobiernos, como los propios angoleños reconocen; preparándose cada día más y participando con más vigor en la vida democrática angoleña a través del Partido MPLA, mediante el cual el pueblo ha mantenido las conquistas y ha alcanzado en las últimas elecciones la gran mayoría de los curules parlamentarios de la Asamblea Nacional de Angola y ha ratificado una y otra vez a sus históricos líderes en todas las elecciones efectuadas.
¡Felicidades Angola, desde Caracas te deseamos muchos más éxitos y conquistas sociales!
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