26-08-23.-Los descendientes del dueño escocés de una finca azucarera y cafetalera del siglo XIX que poseía miles de esclavos en Guyana se disculparon el viernes por los pecados de su antepasado, y calificaron la esclavitud como un crimen contra la humanidad con impactos negativos duraderos.
Charles Gladstone, descendiente de John Gladstone, viajó a Guyana desde Gran Bretaña con cinco familiares para ofrecer una disculpa formal.
“Es con profunda vergüenza y pesar que reconocemos la participación de nuestros antepasados en este crimen y, con toda sinceridad, pedimos disculpas a los descendientes de los esclavizados en Guyana”, dijo ante una audiencia en la Universidad de Guyana. “Al hacerlo, reconocemos el impacto continuo de la esclavitud en la vida diaria de muchas personas”.
Ni el presidente de Guyana, Irfaan Ali, que el jueves exigió reparaciones y arremetió contra los descendientes de los traficantes de esclavos europeos, ni otros altos funcionarios del gobierno estuvieron entre la audiencia de un par de cientos de estudiantes, miembros del personal universitario y representantes de organizaciones comunitarias.
Durante su discurso, Gladstone anunció que su familia crearía un fondo para varios proyectos en el país como parte de una “relación significativa y de largo plazo entre nuestra familia y el pueblo de Guyana”, aunque no especificó tales proyectos.
“Al escribir esta sincera disculpa, también reconocemos el papel de sir John Gladstone al traer trabajadores en régimen de servidumbre a Guyana, y nos disculpamos por las claras y múltiples injusticias de esto”, dijo.
John Gladstone fue padre del primer ministro británico William Ewart Gladstone y recibió más de 100.000 libras en compensación por cientos de esclavos.
En 1823 tuvo lugar una famosa revuelta de esclavos en su finca de Success Village, en la costa este de Guyana. La rebelión de Demerara fue aplastada en dos días y cientos de esclavos fueron asesinados. Algunos de ellos fueron decapitados y sus cabezas fueron colocadas en postes en el camino a la capital Georgetown como lección para otros con ideas similares.
Afuera del auditorio donde Gladstone se disculpó, un puñado de manifestantes gritaron: “Asesinos”, y sostenían carteles que decían: “Los Gladstone son asesinos” y “Gente robada, sueños robados”.
El líder de la protesta, Cedric Castellow, calificó la disculpa como “superficial” y dijo que Gran Bretaña y otros países europeos deben a Guyana y el Caribe miles de millones de dólares en pagos de reparación.
“El gobierno británico y otros se beneficiaron de la trata de esclavos, sus descendientes y herederos”, dijo Castellow. “Están en deuda con nosotros, y el legado afectará también a las generaciones futuras”.