La Revolución tiene
que superar muchos problemas, lo sabemos, de la mala herencia de la
democracia bobalicona -donde tenemos nuestra cuota de participación,
la mayoría- y el presidente Chávez dándole y dándole para llevar
a cuestas casi todo el proceso.
Con algunos buenos ministros,
pero vacío de provincia. Muy pocos gobernadores y alcaldes -con sus
excepciones- arriman lo suficiente al mingo, si acaso un poquito, y
ni pensar en que den algunos boches.
¡Nadie les exige un
carajo!
Sin embargo, todos los
problemas, gravísimos los más, que derivan del despelote de los actores
del puntofijismo y sus aliados de entonces (despelote que la inMUDicia
quiere calcar para estos años venideros, ojo) los estamos atendiendo
gradual y progresivamente.
Pero… el mayor problema
que debe afrontar la Revolución Bolivariana, porque nos daña y daña
a todos los venezolanos, es el “problema mediático por la implacable
agresión de la oposición”.
Por más que hagamos,
y nos equivoquemos y rehagamos, los habitantes de Venezuela y del planeta
Tierra nunca verán el fruto del cultivo de valores y soberanía, entre
tantos logros, porque la mala tinta y el mal papel y las malas imágenes
la empañan.
Fíjense, camaradas,
levántense mañana bien tempranito, como siempre, enciendan el televisor
y hagan un súper esfuerzo emocional sintonizando a Globoterror. El
primer coñazo lo recibirán de un “pelón” muy repugnante, por
lo que su nombre nadie se aprende aunque lo diga cada mañana, que va
“del dicho al hecho” leyendo en los periódicos sólo las noticias
antichavistas -que son la mayoría- y analizándolas a su antojo.
Pasen a Venevisión donde
les darán otros trancazos entre “primer impacto” y será una leedera
de la misma prensa manipuladora y unos toques decentes de VEA y Correo
del Orinoco, poco comentado por la pareja y luego “el noticiero”,
creo se llama, con el tipo que se prestó para narrar la perversión
de Puente Llaguno, medio salvándose por una linda niña que lo acompaña,
y se recrean en una barbaridad que llaman “así amanece Venezuela”
donde cada joven periodista reporta desde una morgue, desde un barrio
malformado de una invasión y así sucesivamente.
¿Cuál Venezuela es
esa que amanece sólo de esa manera? No habrá una Venezuela donde
van millones de niños alegres a sus escuelas y jóvenes a sus liceos,
a universidades, a institutos de variada especialidad. Y miles de niños
y jóvenes que asisten al sistema de orquestas sinfónicas, y practican
deportes y juegan, y utilizan computadoras, regaladas muchas por
Chávez.
O sea que en Venezuela
nadie es feliz, nadie trabaja con energía, con responsabilidad. Todos
vivimos sin esperanzas.
Si es un lunes no aparece
que los venezolanos, casi todos, hasta los más humildes, van a las
playas, juegan dominó y truco, se echan palos y chistes, comen parrillas
y sancochos y mondongos y gozan un puyero. Y van a los cines, al teatro.
Los restaurantes atestados
de personas consumiendo y los centros comerciales hasta las metras,
un gentío recreándose y comprando, los aeropuertos repletos, no aparecen
sino en promociones y propagandas.
Y millones de venezolanos
circulando por las calles en vehículos propios, muchísimos nuevos,
claro que bastantes escuchando los noticieros envenenándose, también,
con la leedera de noticias de periódicos.
Y altérnense con Globoterror,
“primera página”, y verán a otro que se niega a ser pelón pero
es tan repugnante como el del amanecer, acompañado con una dama bella,
también repugnante, ¿haciendo saben qué?, a que no adivinan. Claro,
lo mismo: leyendo periódicos antirrevolucionarios e interpretándolas
a su modo obtuso de ver todo.
Por mencionar 2 vomitivos
más de Globoterror vean: “aló conciudadano” recordando a CAP y
“grado 33” con dos vómitos, uno extranjero reencauchado y otro
pelón, con chivita, despotricando de todo lo chavista. No dicen absolutamente
nada bueno.
Esa guerra mediática
-de cuarta generación- la venimos perdiendo de calle.
Hemos pedido, rogado,
al presidente, a cada ministro de comunicación que ha pasado, y ha
vuelto, a CONATEL -que sacó la cara, por fin-, a los miembros de la
Asamblea Nacional para que legislen, las medidas pertinentes para
dos propuestas concisas, y no digo más porque he dedicado largos artículos
al respecto:
- Se obliga a que todos los programas radiales y audiovisuales, y los periódicos privados. mantengan un equilibrio en entrevistas, en noticias, etc., por lo menos del 50 y 50 %, a favor y en contra. Con eso nos conformaríamos pero… el ventajismo vigente -como una ley- es insoportable.
- Se prohíbe la lectura de noticias de periódicos en radios y televisoras, inclusive en las nuestras. Que cada canal o emisora se esfuerce, y lo demuestre, en buscar y generar sus propias noticias incorporando más periodistas (plan de empleo)
¡Patria, control al abuso mediático y sobreviviremos!
edopasev@gmail.com