Mientras más la canalla madiática global persiste en mantener una puesta en escena de presuntos luchadores por la Democracia en un espacio cada vez más reducido del sector financiero-comercial en el territorio chino de Hong Kong, más se hace evidente las ramificaciones conspirativas que conducen a los gobiernos y agencias de espionaje de los Estados Unidos de América y el Reino Unido de la Gran Bretaña y Gales, interesados en presionar y desestabilizar el imparable proceso de primera potencia económica mundial, que ya es reconocible por los mismos órganos internacionales dominados por tales países, como el Fondo Monetario Internacional, (FMI) y, el Banco Mundial (BM).
Y es que el guión, la tramoya, los actores, los escenógrafos y publicista son tan burdamente repeticiones de otras conspiraciones intervencionistas de los imperialistas en sociedades democráticas o en transición del excampo socialista (Georgia, Serbia, Ucrania), que resulta imposible esconder con la operación desinformativa de sus televisoras y agencias de noticia, que en Hong Kong, sin negar la posible presencia de aspiraciones democráticas – incluso de comunistas y sectores patrióticos chinos - estamos en presencia de una planificada ofensiva desestabilizadora contra la Transición derivada del pacto chino británico de 1997 que restableció la soberanía china sobre su isla de Hong Kong, la cual apunta hacia el ilusorio restablecimiento del orden colonial impuestos por los traficantes de opio, mercaderes y financistas de la Monarquía Inglesa e, incluso, la posibilidad de un proceso separatista que pretenda declarar la independencia de un territorio que histórica, cultural, política y jurídicamente que fue, es y seguirá siendo parte inseparable de China.
El calificar pintorescamente como "La Revolución de los Paraguas" las escuálidas manifestaciones en el Barrio Financiero de Hong Kong, se pretende establecer una analogía infundada con las victorias temporales que las fuerzas burguesa-imperialistas alcanzaron en los países del Este contra las dispersas y confundidas fuerzas revolucionarias y verdaderamente democratizadores en la sociedad y en Estado pero reivindicando la Democracia del pueblo, la Soberanía e Independencia de la Nación y defensa de las conquistas sociales de los trabajadores, alcanzadas con duros sacrificios en la guerra contra el nazi-fascismo burgués y en la construcción de las condiciones materiales del modelo Socialista en Europa del Este; lamentablemente desviado en su funcionamiento político.
En el escenario surrealista de unas pocas cuadras del exclusivo barrio financiero de Hong Kong, los conspiradores intentan reunir y magnificar hasta niveles de inmensas muchedumbres, todos los actores enemigos, disidentes, preocupados y desinformados sobre la naturaleza y propósito del proceso de transitoriedad del territorio chino de Hong Kong, a su incorporación plena a la hoy República Popular China, de cuyo seno fue arrancada con la fuerza de las cañoneras inglesas y el dinero provenientes de los impuestos que el decrépito y genocida imperio inglés recababa de sus protegidos negocios de la siembra de la amapola y el comercio y consumo del opio.
Jóvenes estudiantes deseosos de seguir siendo ciudadanos del Reino Unido o confundidos por el bombardeo mediático a que son sometidos. Políticos del período colonial y oportunistas aspirantes a alcanzar posiciones de gobierno en condiciones históricas distintas. Intelectuales y académicos formados y defensores de los valores y la identidad de los viejos amos colonialistas, cuya visión de la historia china y del mundo reproduce las bases del orden colonial impuesto a China por la colonialistas ingleses y, sectores de la burguesía financiera – base de la economía de Hong Kong - y comercial con profundos y lejanos lazos de subordinación con el capital financiero internacional; conforman un amplio universo social y político - minoritaria representación de la sociedad china de Hong Kong - que reclama hoy Democracia luego de vivir disciplinadamente el gobierno antidemocrático, usurpador y agresor del pueblo chino que, durante ochenta (80) años impusieron en ese territorio chino los colonialistas ingleses, teniendo como instrumentos, precisamente, las elites nativas desplazadas del vergonzoso Poder colonial con la llegada del gobierno de la Transición, pactado en 1.997, entre la República Popular China y el Reino Unido de la Gran Bretaña y Gales.
Lo demás lo produce y lo pone en escena tragicómica las cámaras, micrófonos y comentarios descaradamente segados y hasta abiertamente mentirosos de los bufones de la BBC, CNN, FOX, EFE, REUTER y AP, quienes se encargan de transmitir "en vivo y en directo", una ópera bufa que, si no fuera por la intranquilidad que produce en la mayoría de los habitantes no comprometidos con esas acciones provocadoras, desestabilizadora y posiblemente separatistas de esa isla-ciudad china y, las tensiones que genera en las relaciones de China con el Reino Unido y los Estados Unidos por su descarada intromisión en los asuntos internos chinos; no pasaría de un episodio digno de las páginas interiores de un periódico de provincia.
Se puede tener diferencias con la dirección del Estado y la sociedad china y su modelo de "Socialismo con características chinas", pero no deben existir dudas acerca de que Hong Kong forma parte inseparable de China y que el supuesto movimiento Pro-Democracia no pretende solo conseguir la apertura de las opciones para la elección del próximo el Jefe de Gobierno de Honk Kong, sino que tiene el fétido olor de las conspiraciones que los espías del colonialismo y el imperialismo y sus agentes nativos impulsan hoy con el propósito de impedir el tránsito indetenible del pueblo chino a la vanguardia económica, comercial, financiera y tecnológica del planeta, sin disparar un solo tiro, sin invadir otros países, sin amenazar a gobiernos contrarios a sus intereses y cooperando y colaborando con los pueblos de economía media y retrasada para mejorar sus posibilidades de desarrollo y calidad de vida.