El debate público sobre la persistente publicación en Aporrea sobre los artículos del activista del Psuv Jesús Silva, pone de relieve la profunda disyuntiva política en la que se encuentra Aporrea.org, uno de los medios electrónicos más leídos en Venezuela (La sumisión de Aporrea.org a Jesús Silva https://www.aporrea.org/
Silva es un personaje provocador, que hace apología de los peores crímenes del gobierno, promueve la xenofobia y hasta llama al exterminio de la oposición, y se encuentra entre los articulistas publicados con mayor frecuencia en Aporrea.org.
Nacida al calor de la lucha popular y obrera contra el golpe de abril de 2002, Aporrea.org se convirtió rápidamente en una referencia obligada para un amplio movimiento con características democráticas, que no sólo luchaba contra el golpismo sino que promovía la creación de medios comunitarios, sindicatos independientes, agrupaciones campesinas y estudiantiles. Sin embargo, en la medida en que ese movimiento fue cooptado y corporativizado por un gobierno cada vez más reaccionario, que reprimía las huelgas y tomas de fábricas, desalojaba tomas de tierras y normalizaba sus relaciones con la gran burguesía nacional y las transnacionales, esa regresión política se reflejó en los medios alternativos. Fue así como se llegó a que algunos de los fundadores de Aporrea.org fueran expulsados por no apoyar la contrarreforma constitucional de Chávez en 2007.
Dos años después, al llamar la atención sobre la publicación de notas oficiales con posiciones antiobreras, a propósito de las huelgas en Sidor, advertíamos sobre el giro editorial de la página:
“el 13 de noviembre de 2002, de 41 noticias que aparecieron en la portada, o página principal, 15 son notas redactadas por el equipo de Aporrea.org (37%), 11 provienen de medios privados (27%), 9 de fuentes alternativas (22%), y 6 son tomadas de medios y agencias oficiales (15%). Comparemos esas cifras con las noticias publicadas el 13 de noviembre de 2009: de 77 noticias, 61 son notas oficiales y de agencias estatales (79%), 11 corresponden a agencias y medios privados (14%), 3 son de medios alternativos y organizaciones de izquierda (4%), y 2 son de la propia Aporrea.org (3%)”
(Aporrea.org: Aporreando a los trabajadores http://laclase.info/content/
aporreaorg-aporreando-los- trabajadores/)
A fines de 2015, en el marco de la campaña del gobierno de Maduro contra los inmigrantes y refugiados colombianos, lamentábamos que Aporrea.org diera difusión a convocatorias de contenido xenófobo, en abierta violación a la declaración de principios de la página (Carta abierta a Aporrea a propósito de la campaña xenófoba y las violaciones de DDHH http://laclase.info/content/
Lo que ha parecido prevalecer como criterio editorial es el funcionamiento de Aporrea.org como espacio de debate de todas las corrientes del chavismo, desde la extrema derecha que expresa Jesús Silva hasta corrientes del chavismo de izquierda y opositor.
Ha habido un cambio significativo en los últimos años en el movimiento chavista, y es que como parte de la ruptura de masas con el gobierno y el chavismo, el sector de la población que se identifica como chavista y se opone a Maduro ha pasado a ser muy superior numéricamente al chavismo oficial, que apoya al gobierno (Encuesta revela que hay más chavistas descontentos que chavistas maduristas https://www.aporrea.org/
Aporrea.org en cierto modo ha dado voz a ese proceso de ruptura masiva con el gobierno, difundiendo algunas de las luchas obreras y populares contra el gobierno. Pero cada vez es más insostenible el intento de mantenerse al mismo tiempo como plataforma del gobierno y del chavismo opositor, en aras de reflejar “unitariamente” un movimiento que ya se ha escindido violenta e irremediablemente.
Lejos de esa línea de conciliación, Aporrea.org podría jugar un rol mucho más constructivo como una cartelera popular de luchas, de debate y movilización si se asume claramente como espacio de debate del chavismo opositor y la oposición de izquierda, sin espacio para el fascismo, para la xenofobia ni para la apología de la represión de un gobierno cívico-militar profundamente antiobrero y antipopular.