En Venezuela, desde finales del mes de enero de 2020, los laboratorios de guerra sucia apelando a la emocionalidad del venezolano han puesto a circular múltiples rumores en las llamadas "Redes Sociales" indicando entre otras cosas que hay una "supuesta ola de robo de niños en el país". Las autoridades han desmentido ese murmullo aclarando que no existen denuncias ni indicios de que se estén cometiendo esos delitos en la República. Sin embargo, a varios ciudadanos no les parece cierta la versión oficial y prefieren creer el mito del Whatsap.
Asimismo, en las calles venezolanas pudimos escuchar en varias oportunidades sobre los diferentes rumores del presunto "robo de niños" a varios ciudadanos explicar: "yo escuché el audio en Whatsap de la señora que cuenta que se están llevando los niños, ancianos y menos válidos, eso es verdad solo que el gobierno lo tiene callado". Por su parte, varios jefes policiales respondieron desmintiendo en Whatsap, pero algunos ciudadanos dudan de la veracidad de la autoría de los audios. Igualmente, ocurrió con unos presuntos niños muertos por los videos que incitan a las agresiones como forma de diversión se publicaron hasta fotos de presuntos "infantes fallecidos" que nunca pudieron ser confirmados por los medios de Comunicación.
#Laboratorios
Esto, ocurre en buena medida por el nefasto Mito de que por tener la posibilidad de emitir contenido por Internet en especial a trabes de las "Redes Sociales" ya todos los ciudadanos son "Periodistas o Comunicadores Sociales", eso como ya está más que demostrado es falso la formación para elaborar noticias es la diferencia fundamental que no es tomada en cuenta por los defensores del caos con o sin intención. Si bien es cierto que algunos Periodistas en su afán de ser los primeros en informar publican todo lo que le llega incluyendo datos no confirmados, y otros lo hacen porque trabajan para los funestos "laboratorios de desinformación". No son la mayoría y un buen Comunicador Social está en la capacidad de reconocer las "reseñas hechas con datos irreales".
Los laboratorios de desinformación, construyen y posicionan matrices de opinión utilizando las emociones como recurso trascendental y los fundamentos de la propaganda de guerra creados por Joseph Goebbels, Ministro de Educación Popular y Propaganda, de la Alemania Nazi, tales como: la exageración, la repetición constante de las mentiras por aquella frase: "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", "hacer creer a mucha gente que piensan como todo el mundo". Además, cumplen con los postulados de manipulación descritos por: Noam Chomsky, de la distracción con rumores que generan desviación de los temas centrales del país, estudio desde la "Big Data" (bases de datos construidas por el uso del Internet de los individuos), y el desconocimiento de las tecnologías empleadas para la elaboración de los materiales como los audios de Whatsap.
#Medios que informan
No es la primera vez que se construyen matrices de opinión utilizando el rumor para generar zozobra en la sociedad venezolana, en marzo de 2015 igualmente se emplearon las "Redes Sociales" para desinformar sobre un supuesto robo masivo de niños en Caracas, que produjo intranquilidad en la ciudadanía del país. Gracias al esfuerzo de Radio Fe y Alegría Caracas 1390 AM se demostró que era falso y retornó la paz al país.
Buena parte del desorden informativo se debe a la polarización política presente en Venezuela. Sin embargo, a pesar de la diatriba-político-partidista, existen medios de Comunicación y trabajadores de la prensa que informan de manera imparcial.
#Constitución
¿Qué pasó con los Artículos; 19, 21, 57, 58, 60, 61 de La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela?
Allí se lee: que el Estado garantizará el goce pleno de todos los derechos a los ciudadanos, que todos los individuos son iguales ante la Ley, que se prohíbe la propaganda de guerra y los mensajes que generen inquietud en la sociedad, el derecho de los niños a recibir información oportuna y adecuada con su edad, la regularización del uso de la Informática para avalar el ejercicio pleno de los derechos y la responsabilidad ante la Constitución del uso de la libertad de expresión. Todo queda en papel, pues la deuda sigue vigente.