La farándula prácticamente ha pasado al frente del liderazgo de la
oposición. Ya sabíamos que los líderes políticos de la oposición habían
delegado la dirección del movimiento opositor en los medios de
comunicación. Ahora, los dueños de los medios han delegado a su vez esta
función en actores, actrices, libretistas, presentadores, bichas, bichos
y demás especímenes de nuestra desprestigiada farándula. Han acudido
desesperados a los actores y actrices de la Radio Rochela, para que
intercedan por ellos. Ahora aparecen los cómicos de este programa por
televisión y prensa, dando sesudas declaraciones sobre la importancia de
la libertad de expresión, cuando en realidad sólo defienden los
intereses de un grupo económico. Por fin, después de muchos años, me
hicieron reir de nuevo.
La farándula opositora alega que el cese de la concesión a RCTV, que
seguirá operando normalmente por cable, es una medida que va en contra
del sentir de la mayoría del pueblo venezolano. Eso quiere decir que la
medida no es populista, contradiciendo todo el montaje que los medios
han estado intentando hacer sobre el "dañino populismo" que intenta
implantar este gobierno. Traten de explicar, preferiblemente sin
enredarse, eso del populismo del gobierno.
Los mismos voceros expresan que se producirá un silencio mediático a
muchos representantes de la oposición, e inclusive autocensura, lo que
conducirá a una dictadura. Al mismo tiempo no dicen nada sobre el
silencio que le impusieron a Luis Herrera en RCTV, o el que le
infligieron a la nación entera los días del golpe de estado. O sea, ¿hay
dos tipos de silencio? Expliquen.
En los años 80 y 90, los medios (incluyendo, o tal vez debería decir,
especialmente, RCTV) despotricaban sin piedad de la institucionalidad y
de los partidos políticos, quizás ante la esperanza de que sólo la
derecha liberal/empresarial tenía fuerzas y organización para asumir el
control del país una vez debilitado el estado puntofijista. Tenían todo
listo para asumir el poder y, como dicen en la hípica, la izquierda pasó
y ganó en la raya. Ahora ellos claman por instituciones y por partidos
políticos fuertes. ¿Podrían ilustrarnos por qué en un caso hay que
abogar por la institucionalidad y en otro no?
Se alega que la oposición se está quedando sin espacios para expresar
sus opiniones, produciendo un desbalance. Al mismo tiempo, una enorme
cantidad de medios de comunicación internacionales, con los que tienen
alianzas empresariales, han esparcido su versión de los hechos por el
mundo, sin reproducir la versión opuesta, en este caso la versión del
estado, que ha tenido un veto bastante generalizado. ¿Podrían ilustrar
este punto? ¿Se debe defender el balance sólo en determinadas
circunstancias?
Un canal de TV nacional, como Globovisión, ha renunciado prácticamente a
transmitir noticias importantes para dar espacio casi las 24 horas a los
puntos de vista de RCTV. En los medios impresos han dedicado mucho más
espacio que el usual a expresar sus puntos de vista, harto conocidos por
todos los venezolanos. Podrán seguir haciéndolo, si desean. Pregunta:
¿se trata simplemente de poder expresar puntos de vista, cosa que no se
ha impedido ni hay indicios de que se impedirá, o se trata de mantener
una televisora propia? Si se trata de la segunda opción, pues bien,
mucha gente quisiera tener su televisora propia. ¿Por qué habría que
renovarle la concesión a los mismos beneficiados de siempre?
A decir verdad, en todo esto nuestro gobierno también tendría que
explicarnos algunas cosas. Si se trata de sacar del espectro
radioeléctrico abierto la televisión chatarra, ¿por qué le renovaron la
concesión a Venevisión? En mi opinión esta emisora tiene una
programación peor que la de RCTV, aunque no sea tan sesgada. Sesgo no es
lo mismo que calidad. Si no se trata de que ahora le van a solicitar con
firmeza a Venevisión una mejora de su programación (eliminando
telenovelas que siembran antivalores, piratas programas de concurso,
programas de adivinación del provenir, etc.), el gobierno va a tener que
dar muchas explicaciones en el futuro. Tenemos que mejorar la televisión
integralmente. Ya Venevisión no tiene la competencia de RCTV, ahora
podría incluir más documentales y programas formativos. De otro modo, el
esfuerzo de TVes será inútil, lamentablemente en la Venezuela de hoy día
una buena película de Bergman o de Spike Lee no puede competir con el
nefasto programa de Don Francisco. Esperemos que con el tiempo esto no
sea así.
El argumento de que en Venevisión están "arrepentidos" (eso habrá que
verlo) y que ahora no tienen programación desestabilizadora es
claramente insuficiente. El verdadero enemigo mediático de la nación es
la televisión chatarra, la siembra de antivalores, la promoción del
comportamiento consumista, el fomento de la banalidad y el endiosamiento
de la farándula, entre otros vicios. El verdadero cambio en la
televisión vendrá cuando, entre otras cosas, la programación sea de
calidad formativa, cultural, concientizadora, solidaria. Si las
televisoras del estado, o las de servicio público, llegaran al punto de
tener que acudir a la farándula, como han hecho los canales privados,
para defender puntos de vista sobre temas fundamentales, será
extremadamente difícil dar una explicación satisfactoria.