De nuevo grupos de oposición pretenden sembrar desasosiego, caos, anarquía y temor en la población venezolana. La campaña de rumores y declaraciones tendenciosas no es nueva; desde el momento en que el Presidente Hugo Chávez Frías informó la decisión del Ejecutivo de no renovar la concesión a Rctv, comenzaron a moverse los hilos detrás del poder mediático. La campaña de desestabilización comenzó a andar y no cesará hasta que algunos entiendan que la razón asiste al gobierno pues la medida está blindada legalmente.
El nacimiento de la Televisora Venezolana Social – Tves – le brindará al pueblo venezolano, la oportunidad de disfrutar de una programación no sólo producida y elaborada en el país; sino que les permitirá a los productores independientes dar a conocer el trabajo que realizan y que hasta el pasado 28 de mayo era desconocido por todos. Estamos seguros que una nueva dimensión humana y espiritual llegará desde los estudios de Tves y que se hará un esfuerzo para alcanzar la calidad que merecemos los habitantes de Venezuela.
Lamentamos que la actuación de algunos grupos que se oponen al gobierno del Presidente Chávez pretendan desestabilizar la paz de la República; asimismo, deploramos los hechos de violencia con los que se quiere comprometer el ánimo de los ciudadanos creando pánico en las calles; tenemos la certeza que no llegarán lejos pues como hasta ahora ha ocurrido, superaremos esta adversidad. La recuperación de la señal del canal dos para uso exclusivo de los intereses del colectivo debe ser motivo de celebración y alegría.
Recurrir a organismos internacionales para acusar al gobierno de violentar la libertad de expresión, resulta risible. Pareciera que quienes argumentan esa posibilidad, desconocieran el derecho internacional. Aun cuando Venezuela es signataria de convenciones y tratados internacionales que amparan el régimen de libertades que se aspira existan en el mundo, este no es el caso. El término de la concesión del uso de la señal del canal dos, es un asunto de soberanía nacional; así está establecido en el marco jurídico de Venezuela y en nuestra Constitución.
Quienes se rasgan las vestiduras defendiendo la supuesta aniquilación de la libertad de expresión en Venezuela, son los mismos que por años han conculcado la misma. El imperio mediático que manejaron jamás dejó que el ciudadano común fuese informado con veracidad. El tratamiento dado a la información estuvo manipulado siempre con un sesgo de discriminación y violencia. Incluso en los momentos más álgidos para el país, hicieron un uso abusivo de dicha libertad, ejemplos más claros el golpe de abril de 2002 y el paro petrolero, exceptuando por supuesto, el 13 de abril cuando Chávez regresó y ellos callaron. Desde entonces gran parte del centimetraje usado en prensa y televisión lo han ocupado los opositores en sus ataques contra gobierno.
Hoy tenemos una nueva televisora; esperamos de ella una programación educativa, cultural, científica, plural, recreativa, que muestre a nuestro pueblo los valores que nos identifican como venezolanos; que permita a nuestros niños tener una alternativa para su formación como hombres que en el futuro llevarán la responsabilidad política y ética del país.
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