Criticidad de la comunicación

La comunicación está estrechamente vinculada al concepto de comunidad, y por consiguiente, a los de organización social y de colaboración.

Se entiende como comunicación el intercambio de significados entre individuos mediante un sistema común de símbolos, pudiendo abarcar hasta la transmisión por satélite artificial.

En Venezuela existen tanto medio de comunicación gráficos, escritos, visuales y auditivos. Así mismo medios privados, medios públicos y medios privados con concesión del Estado para la prestación del servicio de comunicación.

En 1954, en el Gobierno de Marco Evangelista Pérez Jiménez, el cual era un gobierno dictatorial, se le otorgó por decreto una concesión al grupo 1BC; entendida ésta como un acto de Derecho Público; por una parte con el representante de los Poderes Públicos y por la otra los concesionarios, siendo ésta de carácter administrativo, mediante la cual el Estado delega el privilegio a un particular (concesionario) para la prestación de un SERVICIO DE UTILIDAD GENERAL, imponiéndole condiciones al concesionario (sanciones, caducidad, multa, pérdida de fianza, etc.), en este caso al usuario del espectro del canal 2 (RCTV), para que prestara sus servicios comunicacionales y operara con el espectro radio eléctrico del Estado.

Cada Presidente tiene la potestad o no de renovar o rescindir esa concesión al vencimiento del plazo establecido. La última renovación la dio Jaime Lusinchi el 27 de Mayo de 1987 otorgándole un plazo de 20 años que se cumplieron el 27 de Mayo de 2007 a las 24:00 horas.

En los anales de la historia venezolana siempre ha habido oficialismo y oposición, partidarios y disidentes, partidos de izquierda y partidos de derecha.

Vivimos en una era de cambios, de ruptura de paradigmas, de cese de exclusiones y discriminaciones, de divorcio con el pasado y sus viejas estructuras, un tiempo de criticidad, de enjuiciar y analizar las cualidades o defectos del gobierno en ejercicio, el que ha sido por pocos criticado y por muchos aceptado. Hablamos de un gobierno que está sentando las bases del socialismo del siglo XXI, en la búsqueda de las reivindicaciones sociales de un pueblo que había sido olvidado por los anteriores gobernantes, hablamos de un gobierno que tiene una deuda social desde hace más de 40 años. Un gobierno que está reivindicando los valores perdidos y pisoteados por todos desde hace muchas décadas, el primer valor es el respeto que está ausente en todos los rincones, especialmente en los medios de comunicación.

Los medios han caído en la criticidad de la comunicación, que es un sistema filosófico Kantiano basado en la crítica del conocimiento, cuyo objeto era determinar los principios rectores del entendimiento humano y los límites de su aplicación, tal fundamento se hallaría en la Ley Ética y Principios morales del ser humano.

Con todo ello se quiere señalar el hecho de la ausencia de valores fundamentales y de facultades básicas del entendimiento humano para la sana convivencia del colectivo.

Los medios de comunicación han sido cómplices y complacientes con la disidencia no solo comunicacional sino política y económica, que se ha llevado a cabo en Venezuela desde antes que llegara al poder Hugo Chávez Frías en 1999.

Han venido con una campaña de desprestigio hacia el gobierno, que inclusive dieron total apoyo al golpe de Estado en Abril de 2002. Han desconocido e ignorado los límites de la ética y la moral, desbordándolo y traspasándolos, creyéndose con patente de corso para vapulear, maltratar, ofender y mentir. Haciendo caso omiso a las reglas de convivencia en sociedad y rechazando la Ley moral que impulsa al ser humano a guiar sus acciones de acuerdo con principios éticos universalmente admitidos.

Se ha venido efectuando solapadamente una comunicación mercantilizada, una dictadura de medios, en la que no ha habido democratización de la comunicación, no se ha gozado de la democratización del espectro radio eléctrico.

Es necesaria una insurrección comunicacional, una democratización de la comunicación.

Cuando se habla de televisión educativa, pensamos en la masificación de la televisión; el medio puede impulsar programación que forme o que deforme con los mensajes subliminales, con las propagandas subversivas en contra del gobierno, observamos que el mensaje no es formativo ni instructivo, sino subversivo que responde a intereses personalistas y no colectivos.


El lenguaje de los medios debe ser formativo, que rompa los esquemas anteriores, que siembren ideología en las generaciones posteriores; más no llevar las críticas a una crisis, a un ataque, a una manipulación mediática, sembrando una ideologización fundamentada en la mentira, vilipendiando no solo al alto magistrado de la República, diciéndole dictador, totalitario, caudillo y hasta le han mentado la madre; no solo por televisión sino también a través de la prensa escrita , inclusive van en contra de todo lo que les huela a oficialismo, con agresiones físicas a periodistas del canal del Estado y además a otros personeros del Estado.

Con sus poderosos micrófonos y su amplio acceso a todos los hogares, se atreven a llamar a los que no están de acuerdo, con su posición ultraderechista, lumpen, pata en el suelo, desdentados y una serie de improperios cargados de una disociación psicótica que los lleva a obrar de forma visceral y desproporcionada.

Las que se dicen damas de alcurnia, de la alta sociedad, llegan a perder la perspectiva y a comportarse como unos seres no dotados de inteligencia, es decir, como animales.

El objetivo de los medio de comunicación es informar con objetividad, entretener y educar, pero apegados a los criterios de la ética, respetando los valores, los principios morales, sustentados en la verdad verdadera, sin manipulaciones como ha venido ocurriendo, salvaguardando sus intereses personalistas. Si bien es cierto que deben hacer señalamientos de hechos, sean malos o buenos, acontecidos en el país, no es menos cierto que no deben caer en las ofensas personales, porque incurrirían en las figuras del vilipendio, difamación e injuria tipificadas como delitos en el código penal.

Los periodistas, deben actuar en concordada relación con la Ley del periodismo pero no dejando a la sombra del olvido el código de ética del periodista, para evitar que siga ocurriendo lo que hasta ahora, que no observan los principios emanados del código de ética y lo que es peor actúan con la anuencia del medio de comunicación para el cual trabajan.

Deben reconocer que hay un poder judicial que deben respetar, que hay una asamblea nacional que legisla, que hay un Presidente que deben respetar. Deben deponer la actitud de hacer un llamado en contra del Presidente, instigando al pueblo a través de los medios para desconocer la autoridad y hacer caso omiso a las normas. En tiempos anteriores el Presidente aceptó eso, buscando la conciliación pero estamos en otros tiempos, en los que el Tribunal Supremo de Justicia deberá tomar cartas en el asunto, no permitiendo que incurran en esos eventos, y aprehendiendo a quienes comentan esos delitos, ese sería considerado un delito de desobediencia.

Así pues, que en los tiempos de criticidad de la comunicación, encontraremos tiempos de actuaciones apegadas al derecho por parte de los órganos jurisdiccionales.

En esas circunstancias no cabe que voceros representantes de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), quienes pretenden ser un grupo propietarios de los medios con desconocimiento de la norma jurídica de cada nación, o de algún organismo internacional, emitan juicio de valor, críticas, señalamientos, etc., en virtud que Venezuela es un país democrático, ellos no tienen carácter supranacional, nos acogemos al principio de autodeterminación de los pueblos y las frecuencias son del Estado, y es el Estado quién tiene la potestad de rescindir el contrato o de renovarlo de acuerdo a su actuación, pero es el caso que llego a termino, es decir llego a su fin.

Un canal que ha incurrido en violaciones reiteradas y flagrantes de la Ley, incitación a la violencia, vilipendio, incitación a la desobediencia, libertinaje de expresión, no puede menos que merecer la no renovación del contrato o la realización de uno nuevo. Invito a hacer un análisis de todos los incumplimientos de la Ley y que finalmente hagan un juicio de valor objetivo sin matices políticos, sin visceralismo ni fanatismo y evalúen si hay o no libertad de expresión, derecho de pensamiento, libertad de pensamiento, libertades plenas en un país democrático que valora las doctrinas humanistas, un país incluyente…del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

hanniess@hotmail.com
hannie@cantv.net


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