Alienación de los medios y equilibrio informativo

Es necesario impedir el retroceso moral a que buscan conducir quienes controlan y utilizan la gran mayoría de los medios. Sus mensajes son dirigidos por grandes corporaciones basados en su filosofía pragmática que repudia la ética y cuyo fin es el afán de triunfo, poder y lucro. Procuran educar al usuario de los medios audiovisuales a través de lo intrascendente y espectacular, los “comics” o comiquitas tan poco escapan a la manipulación y son utilizadas como instrumentos de formación ideológica de la derecha. Las empresas de cable ofrecen pornografía y el Internet permitió organizar redes de pedofilos, violadores de todas las normas sociales. Es necesario señalar el aumento incontrolable de la violencia y menosprecio por la vida debido a programas televisivos.

Investigaciones realizadas en universidades escandinavas y publicadas en Nordicom citan el desequilibrio de los medios y señalan su aporte como dudoso para la educación, formación y enriquecimiento espiritual del ser humano. Los estudios hechos demuestran que el conocimiento y la cultura poseen menos del 10% en las trasmisiones televisivas y que espacios como “Discovery” y “Learny Chanel” realizan enfoques prejuiciados y etnocéntricos, tergiversando las culturas indígenas y su indudable importancia como pueblos autóctonos.

Entre las deformaciones es importante señalar un nuevo género que los especialistas denominan “televisión basura” con contenidos grotescos y de los “talk show” que permiten conocer el lado más oscuro y mezquino del ser humano y quien es presentado como capaz de hacer cualquier cosa por dinero o notoriedad. Permítaseme citar unas líneas escritas por un fariseo intelectual, Antonio Pasquali, en texto titulado Comunicación y Cultura de Masas, página 283, Ediciones Monte Avila, 1972,

“la industria privada de la televisión, con su cúmulo de inhibiciones y mercantilismo, se consolida como poder monopolístico del mayor canal de información. La pregunta de si tal industria llena las condiciones mínimas para acaparar tan vital servicio público, se hace más apremiante. Sabemos que su único motor y regulador es el dinero de los anunciantes”.

Ante la avalancha esquizofrénica de estos medios se debe impulsar el logro de una información de calidad y valor social en sintonía con los objetivos del desarrollo de nuestra patria.


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