En el tema de la clausura de RCTV que divide a la sociedad venezolana y al mundo entero, las posiciones están claras: los que están en contra del gobierno de Hugo Chávez y los que están a favor.
Pero al margen de los gustos políticos y de las preferencias ideológicas de cada quien, el tema de RCTV es muy claro, y los datos que siguen deben reconocerse con hidalguía porque son contundentes:
Primero, el espectro electromagnético es un recurso natural y un patrimonio nacional que no puede ser vendido por ningún gobierno, ni privatizado, solamente cedido por un tiempo bajo condiciones de servicio público.
En todos los países europeos, en América del Norte, y en América del Sur, las licencias a operadores privados de radio y televisión se otorgan temporalmente, eso es lo normal. No hay licencias vitalicias. Más aún, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México acaba de dictaminar que es ilegal la renovación “automática” de licencias, como la que consiguió la Ley Televisa en la anterior legislatura y que ahora es motivo de discusión en México.
Segundo, el gobierno de Venezuela actuó de acuerdo con la ley que otorga las concesiones por 20 años y decidió no renovarla porque RCTV cometió una serie de abusos.
Esa frecuencia, no le pertenece a RCTV sino al Estado, en representación de la nación. El Estado, como administrador del espectro radioeléctrico, tiene la prerrogativa de otorgar las licencias. Eso sucede en todos los países con leyes y políticas de comunicación, que no hacen otra cosa que guiarse por normas internacionales.
Tercero, la participación activa de RCTV en el golpe de Estado contra el gobierno democrático venezolano fue abierta y descarada. Basta ver las transmisiones de aquellos días.
Ningún gobierno democrático hubiera tolerado lo que toleró el gobierno venezolano. Un canal de televisión que felicita a los golpistas, y los golpistas que agradecen el apoyo recibido para dar el golpe, no se ha visto desde los años 1960s y 1970s, la década en que Estados Unidos impuso dictadura militares en toda nuestra región, con intervención directa de sus embajadas. A ver si en Estados Unidos va a aguantar un solo día un medio de información que haya apoyado un golpe anti-constitucional contra el presidente. Eso es sencillamente impensable.
Cuarto, RCTV siguió operando durante los tres años siguientes, promoviendo abiertamente el sabotaje a la producción petrolera y al referéndum, y oponiéndose sistemáticamente al gobierno que fue democráticamente elegido y ratificado por los votantes ocho veces consecutivas.
La denigración permanente del presidente de Venezuela en RCTV, además de las acciones de sabotaje a los medios de producción, serían impensables en cualquier país democrático. ¿Qué pasaría si CNN pidiera a la población de Estados Unidos insurreccionarse contra el Presidente Bush por haber mentido sobre la Guerra de Irak? ¿Qué pasaría si la cadena ABC instigara a los trabajadores de la industria de Estados Unidos a sabotear sus empresas?
Quinto, no es cierto que con el cierre de RCTV se estatizan todos los medios de información en Venezuela. En ese país, más que en otros de nuestra región, hay pluralidad de medios: medios privados comerciales (que son la mayoría), medios del Estado, medios de servicio público (TVes) y medios comunitarios.
Es importante señalar que en Venezuela hay más diversidad de medios que en Estados Unidos, donde solamente predominan los medios comerciales, y los alternativos son tan marginales que ni se los siente. Todos los medios comerciales que dominan, los principales diarios, las principales cadenas de TV, los “respetables” periódicos de New York y Washington, hicieron coro de las mentiras del gobierno de Estados Unidos para justificar la Guerra de Irak. Ahora que ya es muy tarde, tratan de distanciarse un poco.
Sexto, es una paradoja descarada que países donde se reprimen a las radios comunitarias y donde se han privatizado completamente los medios de información, se permitan censurar a Venezuela.
En Brasil, donde los miembros del congreso acaban de criticar al gobierno venezolano, se cierran todas las semanas radios comunitarias con intervenciones violentas de la policía, se secuestran los equipos, y se encarcela a los directores de esos medios. ¿Con qué cara salen los parlamentarios brasileños, envueltos en permanentes escándalos de corrupción, a hablar de la libertad de expresión? En Guatemala se reprimen radios comunitarias indígenas, en Chile se limita su radio de acción a un kilómetro, y en otros países hay otras formas de reprimirlas y de silenciarlas. ¿Pero acaso CNN habla de eso? Sin embargo, sucede todos los días, según los informes de AMARC, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias.
Séptimo, la manipulación de la información, encabezada por CNN y Associated Press, ha sido descarada y de mala fe. CNN mostró imágenes de manifestaciones en México, como si fueran de Venezuela. Luego pidió disculpas por el “error”, pero el daño ya estaba hecho.
También incluyó imágenes de Bin Laden para asociar al terrorista islámico con Chávez, que es un presidente elegido democráticamente. Incluso llegó a mostrar imágenes del intento de asesinato del Papa, sugiriendo un magnicidio. Ya lo dijeron dirigentes de derecha de Estados Unidos, hay que “eliminar” a Chávez, como hicieron con Torrijos y otros líderes progresistas. CNN dedica espacios enormes a cubrir las opiniones de la oposición venezolana y muestra solamente las manifestaciones contrarias a Chávez. Eso, no cabe duda, es parte de un plan alentado desde el Departamento de Estado.
El gobierno de Venezuela ha publicado un estudio, acompañado de más de cien páginas de anexos con documentos en facsímile, que explica las razones de la no renovación de la licencia a RCTV. Quien no haya leído ese documento, solamente conoce una parte de esta historia. Se llama el Libro Blanco sobre RCTV. Léanlo y entenderán muchas cosas: http://www.conatel.gob.ve/downloads/libro_blanco_RCTV-Web.pdf
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2007060201