La decisión del gobierno de Chávez de no renovarle la licencia al canal de televisión privada RCTV, fue calificada por el coro mediático a sueldo del imperialismo como “un ataque a la libertad de expresión”. Ocultan deliberadamente que hace cinco años ese mismo canal fue una de las bases activas de los golpistas que querían derrocar al gobierno, eliminar la libertad de expresión, la soberanía popular y todas las libertades públicas.
En abril de 2002, este rol de RCTV fue abierto y descarado. Incluyó entrevistas a los jefes que estaban dando el golpe. En la jura del pequeño dictador frustrado, Pedro Carmona Estagna, y sus compinches, estuvo presente Marcel Granier, el dueño de RCTV, como uno de los invitados especiales. Mientras tanto, RCTV difundía un mensaje editorial en su pantalla que decía: “La bandera amarilla, azul y roja ondeó hoy con bríos de democracia, agitada esta vez, para siempre, por los vientos de la libertad”. Al día siguiente, cuando se alzaban millones de venezolanos y rodeaban los cuarteles exigiendo el regreso al poder de Chávez, RCTV ignoraba este hecho inmenso y pasaba dibujitos animados y películas como Furia al volante, El espía del deseo, Hoguera de pasión, entre otras. No escarmentados, en diciembre de ese mismo año apoyaron públicamente el llamado al paro patronal y el saboteo a la industria petrolera.
Es decir, sobran razones desde hace años para quitarle la licencia, y más, procesar y encarcelar a Marcel Granier y ejecutivos del canal por incitación a varios delitos graves contra el pueblo venezolano. Sin embargo, el gobierno de Chávez, no tomó ninguna medida ni en el 2002 ni después contra RCTV y el resto de los canales de aire privados, como así tampoco contra los canales nacionales Globovisión y Venevisión y canales regionales, que ocupan todo el espectro electromagnético, así como también los diarios nacionales que colaboraron con los golpistas.
Chávez no solamente no le coartó la libertad de expresión a estos medios golpistas, sino que fue conciliador y condescendiente con ellos. Siguieron diciendo lo que les vino en gana, cometiendo frecuentemente apología del delito. RCTV llegó al extremo de llamar a evadir impuestos para “no darles dinero a los comunistas”.
Y ahora, cinco años después, la resolución es no renovarles la licencia que se les venció. Es decir, una decisión totalmente legal y fundada con un libro completo (ver Libro Blanco sobre RCTV, www.conatel.gob.ve/downloads/libro_blanco_RCTV-Web.pdf).
Detrás de la supuesta defensa de la “libertad de expresión” se montó nuevamente una escalada de la derecha proyanqui, apoyada en manifestaciones de estudiantes y artistas.
La respuesta fue otra gran concentración masiva con decenas de miles de personas apoyando el cierre de RCTV. Una de las consignas cantadas en las calles fue “el pueblo lo dice y tiene razón, ahora le toca a Globovisión” (el otro gran canal privado golpista).
Tanto el Partido Revolución y Socialismo (PRS), como la C-CURA -corriente clasista de la UNT-, señalaron que están de acuerdo con la medida, pero que habría que extenderla a todos los medios golpistas y poner los medios al servicio de todas las expresiones populares y no, como están ahora, en manos de un puñado de millonarios.
Sobre la libertad de prensa
La libertad de prensa es una conquista histórica democrática, que los socialistas revolucionarios defendemos. Pero el capitalismo la convierte en una formalidad, como tantas otras libertades. Es decir, cada uno puede teóricamente publicar su opinión. Pero solo los millonarios dueños de los canales de TV, de las radios y de los grandes diarios, o los que pueden comprar sus espacios, pueden decidir qué y cuando se publica. De esta forma manipulan a la opinión pública ya sea directamente con mentiras o con medias verdades. Recordemos cuando convencieron a la mayoría en nuestro país de que lo mejor era privatizar todo, porque las empresas del Estado perdían mucha plata.
En Estados Unidos esta manipulación mediática llega a su máxima expresión cuando hacen creer al grueso de la población de que estaba expuesta a un inminente ataque terrorista de un país como Irak, y logran así que un 80% de los norteamericanos apoyara la invasión a Irak. En ese momento las organizaciones que se oponían a la guerra no tuvieron ninguna posibilidad de ser escuchadas por un público masivo. Es decir no tuvieron aunque fuese una hora de televisión a su disposición para poder demostrar una verdad tan sencilla como el hecho de que Irak jamás atacó a Estados Unidos y tampoco tenía armas como para intentarlo.
La solución para esto no es por cierto el monopolio estatal en manos de ningún gobierno, aunque se diga revolucionario. En Cuba lamentablemente tampoco hay libertad de prensa. Quienes aun defendiendo la revolución critican a tal o cual dirigente o a alguna medida oficial, en general no tienen cabida en la prensa cubana que está controlada por el partido único, ni tienen posibilidades de poseer un medio de prensa alternativo.
En 1917 la revolución rusa defendió un programa de libertad de prensa para las mayorías populares. Consistía en dar acceso a los medios de prensa (en esa época fundamentalmente el papel y las imprentas) a las organizaciones obreras y populares en proporción a sus afiliados. Esto no excluía a organizaciones proburguesas. Pero sí a los que combatían en forma armada a la revolución. La invasión de 14 ejércitos imperialistas y la guerra civil que los capitalistas impusieron al pueblo ruso, limitó estas libertades. Por supuesto no se le daban medios de prensa a los que combatían con las armas en mano a la revolución. Sin embargo, pese a eso, durante años hubo un rico debate político publicado en los diarios. Posteriormente la contrarrevolución burocrática stalinista estableció el partido único y una persecución feroz a todo disidente.
Ahora en Venezuela Chávez le quita la licencia a RCTV y eso está muy bien, porque son golpistas. Pero no se la quita a Globovisión que está en manos de otro poderoso grupo económico golpista.
Ampliar la libertad de prensa con el nuevo canal estatal significaría en primer lugar que ofreciera posibilidades de presentar sus propuestas en la TV a todas las corrientes obreras y populares, en particular a todas las que pertenecen a la UNT (Unión Nacional de Trabajadores), que tiene un millón y medio de afiliados, y a su mayoritaria corriente clasista, para reclamar aumento salarial, explicar, por ejemplo, por qué hay que echar a las multinacionales y nacionalizar integralmente el petróleo y la minería.
*El Socialista, Argentina
Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
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