¿Cómo es eso? ¿La Revolución financiando a la contrarrevolución?

“O nosotros somos capaces de destruir con argumentos las ideas contrarias, o debemos dejar que se expresen. No es posible destruir ideas por la fuerza, porque esto bloquea cualquier desarrollo libre de la inteligencia”.

Ernesto “Ché” Guevara

En este proceso revolucionario la capacidad de asombro cada día crece y uno se queda boquiabierto, cuando se observa, por ejemplo, como las principales armas comunicacionales (periódicos, televisoras y emisoras de radio) de la oposición en muchos casos son financiadas por los altos “gerentes revolucionarios”, entiéndase: ministros, gobernadores, alcaldes, concejales, diputados y presidente de institutos y fundaciones.

Los camaradas lectores se preguntaran ¿Cómo es eso? ¿Quién financia a quién? ¿Serán de ONGs gringas? Apreciados compatriotas, no sólo se trata de eso. Algunos pseudos-líderes pagan cifras multimillonarias a Ravell, Cisneros, Zuloaga, Miguel Henrique y otros propietarios de medios golpistas por anunciar: obras, proyectos, logros de la revolución, así como invitaciones a conferencias, concentraciones, marchas, encartados, licitaciones, carteles de notificaciones, obituarios, etcétera, en sus medios de desinformación, haciéndola pasar, en el caso de los medios audiovisuales como parte de las obligaciones que establece la Ley RESORTE, quedándose sin excusas que permitan justificar sus negociaciones con los lacayos del Imperio cuando se trata de medios impresos.

Una extensa lista de entes estadales entre los que destacan PDVSA, BANFOANDES, ALCADÍA MAYOR, ALCALDÍA LIBERTADOR, MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN, CANTV, OPSU, UNIVERSIDADES EXPERIMENTALES Y LAS GOBERNACIONES DE GUÁRICO Y ANZOÁTEGUI, entre otros, costean el salario de los empleados de los medios golpistas, a partir de la compra grosera de espacios para publicidad, adquiriendo páginas completas a full color en los principales diarios de circulación nacional, así como varios minutos en segmentos audiovisuales en los espacios, días y horarios más caros, como por ejemplo los fines de semana. ¿Sabrán nuestros camaradas cuanto cuesta un minuto en televisión o una página completa a full color en la prensa escrita en horarios estelares o días especiales? ¿Qué persiguen estos pseudorevolucionarios con el financiamiento a los medios golpistas? ¿Por qué no publicitan en los medios de comunicación del Estado? ¿Quién da la orden para que estos millones de bolívares fuertes vayan a las arcas de la contrarrevolución? ¿Existe una quinta columna infiltrada en los puestos de alta gerencia del Estado? ¿Se paga mensualmente la nomina de los periodistas y trabajadores con estos anuncios? Todo esto en detrimento de los medios comunitarios alternativos

Estas preguntas, como muchas otras, quedan en el aire y pareciera que la rectificación se ha quedado en meras palabras en lo que a la política comunicacional estadal se refiere. Si no se cambian estas cosas, no podremos luego quejarnos cuando los medios golpistas sigan en su escalada inmisericorde contra el proceso. Simplemente, habremos de asumir entonces que el Estado ha sido incapaz de desmontar el discurso contrarrevolucionario e imperialista defendido por estos medios y, peor aún, ahora algunos “revolucionarios” incluso les ayudan, comprando espacios publicitarios que les permiten seguir operando los engranajes de la contrarrevolución.


pedro_garciaa@yahoo.es


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Pedro García Avendaño


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