Carla Angola y el odio patológico

 Pasas a primera vista por una muchacha bella, a la segunda uno se percata que solamente eres bonita y a la tercera que no pasas de ser una muchacha agraciada, de ahí en adelante, a medida que uno se acostumbra a la realidad, se percata que ni siquiera tienes gracia, porque eres sosa, sin chispa y monótona, lo peor para ti es que los que te rodean, no son tus amigos, porque si lo fueran, te ayudarían a mejorar esa imagen tan fría y calculadora que te transfigura. Cuando sonríes, es un acto tan forzado y cínico, que resulta repugnante y aparece en tu semblante el odio, el cinismo, la hipocresía, la maldad y la prepotencia, lo que demuestra que la belleza es relativa y la primera impresión puede cambiar dando paso a la inocultable realidad.

 Tu desprecio por la opinión de la mayoría de los venezolanos te hace aparecer como un ser humano despreciable. Creo que no eres consciente de que la gente, que te ve y oye, no necesita hacer esfuerzo alguno para saber cuando mientes, pero eso a ti no te importa. A nadie engañas con tu vocecita extenuada y algo chillona para sobresalir y ser creída, Josephine Knorr dijo: “¡Cuan crédulo son los mentirosos! Creen siempre ser creídos”

 Pero no eres la única, en Globovisión hay una caterva de periodistas mediocres que parece que sacaron la licenciatura en una caja de Ace. ¿Recuerdas ese dicho popular que se endilga a aquellos que no pueden armonizar lo que han estudiado con lo que practican?

 Si, en Globovisión tenemos muchas, Aymara Lorenzo capaz de decir que los que ponen bombas no son terroristas, o Karina Villalba, que no escatima momentos para expresar su antipatía y desprecio por lo que piensa el pueblo, ese pueblo que no vive en su entorno elitesco y ahora hemos sabido a través de La Hojilla que ambas, junto a otras y otros colegas suyos, han cobrado subvenciones del gobierno de los EE.UU. ¡Se les debiera caer la cara de vergüenza!, si es que saben lo que es eso.  Nitu Pérez Osuna, destilando alcurnia y veneno, Isabel Párraga, cínica parodiante de Leopoldo Castillo, Gladys Rodríguez, con su hipócrita sonrisa, Diana Carolina Ruiz, Jessica Morales, etc., sin olvidar a María Alejandra Otero leyendo mensajes que envían a Aló ciudadano, pero sólo aquellos que hablan mal del gobierno, cometiendo errores semánticos que dejan en entredicho su formación, una muestra de ello fue pedirle, días atrás, a una de las periodistas invitadas, y sin inmutarse al repetirlo, su opinión sobre un mensaje de un televidente, que refiriéndose a la decisión de no renovación de la concesión a RCTV dijo que, “a Chávez se le iba a mover el Telón de Aquiles”, la periodista invitada sorprendida, no quiso poner en entredicho a la hija de Enrique Otero, y dijo que lo que había hecho el presidente “ponía la guinda en el vaso” por “la gota que colma o reboza el vaso”, demostración de cómo hacen el ridículo tratando de aparentar sapiencia, cualquier parecido con Manuel Rosales es pura coincidencia. Abraham Lincoln, pensando en gente como ésta, dijo: “Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles toda duda de ello”.

 En fin, en Globovisión se dan cita aquellas mujeres que destilan odio, egoísmo e intolerancia, pero son la excepción que confirma la regla, pues la mayoría de las mujeres venezolanas luchan con devoción, sin egoísmo, con entrega y mucho amor por un mundo mejor, solidario y con justicia social. Esa es la diferencia entre las mujeres que están en el lado oscuro y las que están del lado de la luz y la vida

perezgarraluis@yahoo.es



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Francisco J. Torres P.


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