Lic. Vanesa Gómez Quiroz
Diario El Nacional
Señorita periodista:
Sobre su nota de ayer (10/08), la cual copio abajo, me permito hacerle llegar mi opinión con el derecho que me asiste constitucionalmente de recibir “información, oportuna, veraz e imparcial” (Art. 48 de la Constitución Bolivariana de Venezuela), porque advierto en ella la intención de hacerle ver a los lectores del diario, bajo la argucia de la manipulación, que el gobierno no hace otra cosa que perseguir a los periodistas.
Los títulos y subtítulos de la nota informativa así lo ponen evidencia: En un solo año se les ha abierto 31 expedientes y se reportan desde el 2002, 166 casos de hostigamiento judicial…Quien lea esto, sin entrar al desarrollo de la información, no tiene otra explicación: el régimen de Chávez no quiere nada con la libertad de expresión y mucho menos con los periodistas. ¿Cierto…?
No es mi objetivo decirle como debe escribir una información de esa índole, pues su condición de profesional del periodismo y a que el ejercicio de esa profesión está supeditado al acatamiento del código deontológico del CNP, son soportes más que suficientes para saber cómo debe escribirse una nota de ese tipo: No basta con lanzar esas cifras sin explicar, aun cuando ello se haga de forma muy somera, cada caso, pues sobre el primero que usted menciona ya se hace evidente que usted, de forma ex professo, oculta que ese periodista, de apellido Azócar, tiene abierta una causa por estafa a la Lotería del Táchira…Así como usted lo está leyendo…!!!
No tengo a la mano las causas del resto de esas “persecuciones judiciales”, como usted las califica, pero si recuerdo las de dos más y en ambas, todo resultó falso e INDIGNANTE, por decir lo menos, y quien aparece como protagonista es la periodista Ibéyise Pacheco, reportera de ese medio. Se las recuerdo: 1) Acusó a un hijo del Dr. Alí Rodríguez Araque, para entonces Presidente de PDVSA, de ser el jefe mafioso de un grupo que hacía negocios sucios con derivados del petróleo y resultó ser que ese joven había fallecido a muy temprana edad, hacía varios años atrás y, 2) Difamó a un coronel del ejército, creo que de apellido Bellorín, de haberse graduado con altas calificaciones, simplemente porque él mismo había falsificado los respectivos certificados de notas. Está otra, la del periodista Rafael Poleo, acerca de la cual usted dice: "que supuestamente ofendió al presidente", lo cual me deja usted estupefacto, pues que haya dicho ese señor en tv que "Chávez morirá como Mussolini con la cabeza para abajo", no creo que haya sido, simplemente, una ofensa; allí ocurrió algo más grave que eso: un delito que debe ser investigado...
Intentaré averiguar sobre algunos de los otros casos de los que usted menciona en su nota, pero con los cuatro que le refiero, es ya más que suficiente para concluir que su nota sólo persigue confundir y engañar a los lectores, lo que, en mi criterio, no se debe hacer...!!! Es algo reprochable, desde todo punto de vista…
Atentamente,
Iván Oliver Rugeles
EL NACIONAL - Lunes 10 de Agosto de 2009 |
Nación/5 |
NaciónMEDIOS Este año se han abierto 31 expedientes contra comunicadores Reportan 166 casos de hostigamiento judicial a periodistas desde 2002 "El ejercicio del periodismo es cada vez más incómodo para el Gobierno" señaló Espacio Público
|
La entrada en vigencia, en 2005, de la
reforma parcial del Código Penal trajo consigo, además de disposiciones que
limitan la libertad de expresión, contenidas en los llamados delitos de opinión,
una intensificación de procesos judiciales contra periodistas y medios de
comunicación social, tal como demuestran las estadísticas de Espacio Público,
ONG que reporta la existencia de 166 casos de hostigamiento judicial, desde
2002 a
la fecha, contra periodistas y medios de comunicación social en todo el país.
La reciente detención del periodista Gustavo Azócar, en el estado
Táchira, es el último de procedimientos que han llevado a los comunicadores a
los órganos de justicia, víctimas de la judicialización de la opinión.
Débora
Calderón, representante de Espacio Público, aseguró que hasta
2002 las acciones contra los periodistas eran básicamente a través de agresiones
físicas, pero que después de la aprobación de la reforma del Código Penal "las
limitaciones a la libertad de expresión comenzaron a hacerse sutilmente", pero
mediante el uso de los órganos judiciales y administrativos por parte de
diferentes agentes del Estado, lo cual ha dejado en evidencia que "el ejercicio
del periodismo es cada vez más incómodo para el Gobierno".
En contra de los periodistas se han utilizado los delitos de opinión
(difamación, injuria, vilipendio) para abrirles procedimientos e
investigaciones.
Sólo en lo referente a condenas
por difamación, los tribunales del país sentenciaron a Ibéyise Pacheco, Julio
Balza, Carlos Gibson, Patricia Poleo, Henry Crespo, Iván Martínez y Mireya de
Zurita.
Otros siete comunicadores sociales fueron
acusados por delitos de opinión; entre ellos se cuentan, nuevamente, Patricia
Poleo (que además fue imputada de homicidio por el caso del fiscal Danilo
Anderson); Napoleón Bravo, Manuel Isidro Molina, Marianella Salazar, Nelson
Bocaranda y Miguel Salazar. Poleo y María Angélica Correa han sido también
investigadas en la jurisdicción penal militar, al igual que Manuel Isidro
Molina.
Antecedentes. Uno de los peores
precedentes contra la libertad de expresión se sentó cuando el juez 6º de
Control de Caracas, Florencio Silano, prohibió a los medios difundir información
sobre las actas del expediente del asesinato del fiscal Danilo Anderson.
Tal orden se configuró en la primera acción de censura previa auspiciada
por la Fiscalía, órgano que solicitó la
medida.
Más recientemente se sancionó a Globovisión por
la transmisión de las cuñas de Cedice y se pretendió, nuevamente por acción del
Ministerio Público, que un tribunal prohibiera a medios impresos la publicación
de tales avisos, pero no se acordó la medida.
Calderón indicó que la represión
ha pasado ahora a ser más frontal: "Los funcionarios no dan explicaciones en
cuanto a las razones técnicas o jurídicas para tomar medidas contra los medios;
los argumentos siempre son políticos, y eso hace dudar de la legitimidad de las
sanciones".
En 7 años. En el informe 2007 por
Espacio Público, llamado "El peso de las palabras" se reportó que desde 2002
eran 63 los casos de persecución judicial contra periodistas. Ahora se revela
que entre 2007 y lo que va de 2009 la cifra aumentó en 103 casos más.
En 2007 se abrieron 42 expedientes; 30 en 2008, y
hasta junio de 2009 la cifra preliminar de Espacio Público era de 31.
Por lo menos 10 periodistas y otros trabajadores
del canal de noticias Globovisión han sido citados por la Fiscalía para ser
entrevistados por varios casos.
El más
emblemático es el que tiene que ver con las declaraciones del presidente de
El Nuevo País , Rafael Poleo, en el programa Aló, Ciudadano, en el
que supuestamente ofendió al presidente Hugo Chávez.
Por este expediente han sido citados no sólo Rafael Poleo, sino también
el conductor del programa, Leopoldo Castillo (que ha rendido declaración en la
Fiscalía en dos oportunidades); el director del medio de comunicación, Alberto
Federico Ravell, y casi una decena de empleados de la planta.
Administrativamente. Además de los casos ante
los tribunales, también el Estado ha actuado administrativamente en contra de
medios de comunicación y comunicadores, como fue el caso de Laureano Márquez,
acusado de ofender el honor de la hija menor del Presidente y sancionado por
ello con una multa millonaria por el Consejo de Niños y Adolescentes.
En 2007 el Tribunal Primero Civil de Caracas admitió una demanda de un
militar contra El Nacional por supuestos daños morales.
Uno de los más evidentes ataques a la prensa fue
el proferido por el Seniat a Globovisión con la sanción impuesta por la
transmisión de propaganda partidista durante 2002: la multa se fijó inicialmente
en 5 millones de bolívares y luego se aumentó a 9 millones con el argumento de
que el monto se debía ajustar de acuerdo a nuevo valor de la unidad tributaria.
Calderón asegura que la situación actual coloca a
Venezuela en contravención de la Constitución y los tratados internacionales:
"Ahora se respetan más las nuevas leyes, que permiten hostigar a la prensa, y no
lo estipulado en la Carta
Magna, que es muy bonita, pero se cumple
poco".
oliverr@cantv.net