Ya es un lugar común decir que la impunidad es uno de los peores males que sufrimos los venezolanos, la estamos sufriendo desde hace décadas, pero a raíz del GOLPE DE ESTADO del 11 de Abril del 2002, la impunidad se ha profundizado, dejando heridas y rencores, las heridas por una justicia mediatizada, que no ha podido o no ha querido plantarle cara a la manipulación de las empresas de comunicación, las heridas están mostrando síntomas de infección y supuración, sin cicatrizar en absoluto, y es lo que vimos el día de ayer en el centro de la ciudad de Caracas.
Era bien sabido por la mayoría de los ciudadanos que habría una marcha en apoyo de la Ley de Educación, era bien sabido que dicha marcha estaba permisada, era bien sabido que los que asistirían a esa marcha apoyan al presidente Chávez y a la Revolución Bolivariana, por lo que pretender desconocimiento, sorpresa o esgrimir derechos constitucionales para organizar una contra-marcha en el mismo espacio y tiempo no fue una acción inocente.
La provocación era el objetivo de esa contra-marcha, y más sabiendo que quien la comandaba era el ciudadano Leopoldo López, ex -alcalde de Chacao, fundador del partido de ultra-derecha Primero Justicia, tristemente celebre por sus actuaciones durante el golpe de estado, el ataque a la embajada de Cuba, el sabotaje petrolero, incitador, sostenedor y participante de las llamadas “guarimbas” en la zona del este de Caracas en el 2004, inhabilitado por delitos de corrupción en la administración publica, etc., etc., y aun en libertad plena, sin juicios, sin sentencias por sus delitos, planeando y ejecutando nuevas guarimbas, como la de ayer, acompañados por las “manitos blancas”, que se hacen pasar por estudiantes contestatarios, cuando todos sabemos que solo son mercenarios a sueldo, con ONGs, fundaciones y asociaciones pagadas y muy bien por el gobierno gringo entre otros.
No avalo la respuesta violenta que pudieran haber tenido ciudadanos que estaban en la marcha que apoyaba a la Ley de Educación, no lo hago, primero por principio y luego por lógica, por principio porque es inútil la violencia para dirimir una discusión política con grupos que no tienen argumentos ni razones para oponerse, y que apelan a la mentira, la manipulación, el racismo, la burla a la condición social, el desprecio y la pataleta infantil, que muestran todo de lo que carecen y todo los prejuicios y odios que cargan, y por lógica, porque nunca actúan de otra manera, es esa siempre su estrategia y caer en esa trampa es además de ilógico, poco inteligente, lo que me lleva a preguntar, ¿las fuerzas de seguridad no han aprendido nada?, ¿Acaso no saben que los guarimberos golpistas siempre van con una agenda de violencia?.¿Porque permitieron que los guarimberos se acercaran a la otra marcha?
En lo relacionado con los periodistas que fueron agredidos, me pregunto ¿estaban allí como ciudadanos o como periodistas?, o ¿es que ser periodista es un escudo, que protege de todo lo humano y lo divino?, y ¡cuidado!, no estoy escribiendo que esta bien que los agredieran, estoy preguntando ¿porque se escudan detrás de su profesión para reclamar haber sido agredidos?, a mi eso me huele a manipulación, y además que acusen a la televisora Avila TV y sus miembros de manera ligera y por boca del director de “Últimas Noticias” Eleazar Díaz Rangel, tampoco me parece inocente.
Es seguro que la Fiscalía y los tribunales actuaran con rapidez y eficiencia, pero de nuevo, ¿Por qué la eficiencia y rapidez siempre es cuando la oposición grita?, no vemos tal rapidez ni tal eficiencia para investigar, acusar, juzgar y condenar a guarimberos, golpistas, instigadores y manipuladores mediáticos, corruptos de oposición, etc.,
y esa es la principal causa del desbordamiento de la violencia que estamos viendo, la percepción de injusticia entre los revolucionarios es cada día mayor, y esta alimentado una enorme y peligrosa rabia, que podría tener graves consecuencias, la Fiscalía y el Poder Judicial, son y serán responsables si ignoran o desestiman esa situación y el gobierno debe oír de cerca ese sordo rumor, de rabia contenida que se escucha cada día más y más.
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