En 1960, escribía “El Che”, con respecto a los cuadros revolucionarios quienes deben tener disciplina ideológica y administrativa, diciendo: “el cuadro, pues, es un creador, un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción, o desarrollar a las masas desde su puesto político de dirección”. Lamentablemente nuestros dirigentes políticos no tienen la preparación ideológica revolucionaria suficiente para responder al gran líder latinoamericano y del caribe, nuestro comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y su glorioso pueblo bolivariano de Venezuela. Los partidos políticos y dirigentes que apoyan la Revolución Bolivariana, en su afán de consolidar el poder político-electoral y el nepotismo en los puestos públicos del Gobierno Revolucionario, han pasado por alto el sentimiento y las necesidades reales del pueblo, han obstaculizado, algunos sin proponérselo por supuesto, el empadronamiento del poder popular; dándole así, entrada libre al burocratismo. Han substituido el poder (social) popular por el poder político-electoral apostando a la suerte, porque el sostener la revolución en el tiempo es tarea del poder popular conjuntamente con el poder político-partidista; aún estamos esperando de ellos la correcta dirección ideológico-política que facilite el acceso a nuevos dirigentes populares, sociales, políticos que garanticen verdaderamente la permanencia en el tiempo histórico futuro la Revolución Bolivariana.
El pueblo bolivariano y revolucionario sabe hacia dónde se dirige, tiene conciencia de su actual realidad y conoce el riesgo que significa sostener la revolución únicamente por la vía electoral, está preocupado por la debilidad y fragilidad de sus dirigentes político-partidistas, entiende por qué todas las Misiones, Ubes, Ministerios, formas de Organización Popular y demás ideas que propone nuestro Presidente, son prácticamente secuestradas por los partidos políticos revolucionarios, siempre con la idea de consolidar su hegemonía en el poder político de la Nación.
Para lograr un cambio profundo, se debe reemplazar paralelamente a las estructuras económicas –la tarea primordial de la revolución es cambiar los modelos, de capitalismo a socialismo- el pensamiento, la idea, la ideología necesaria para crear nuevas superestructuras que den el alcance indispensable para hacer la transformación que se desea imperecedera. Cosa no imposible de alcanzar con la Revolución Bolivariana que aspira diez millones mínimo de votos para sustentar el Gobierno Bolivariano manteniendo a la cabeza a nuestro Presidente Comandante Hugo Rafael Chávez Frías; gracias al reconocimiento de esos diez millones de cuadros, sí, cuadros revolucionarios hoy dispersos, que apoyan al Presidente incondicionalmente dispuestos agruparse, a recibir preparación ideológico-política coherentemente para duplicar, consolidar y defender en los años consecutivos la Revolución Bolivariana con miras hacia el socialismo del siglo XXI. Iniciamos con este escrito y nuestro planteamiento de la “Misión Comuna” que lleva implícito una probable “Misión Ideología”, las bases para la discusión y el debate ideológico-político a nivel Nacional.
Desde Guatire, Gustavo A. Fernández.