Remover un whisky con el dedo

Es casi una pregunta obligada, ¿Qué tal, como ves las cosas? La pregunta no es otra sino ¿Quién ganará las elecciones del próximo octubre? Por lo general no tardamos mucho en responder: Si las elecciones fuesen el próximo domingo las ganaría el Presidente Chávez.

También de manera inmediata se produce la reacción de nuestro interlocutor: ¡claro, con tanto real en la calle!; ¿Será que este pueblo seguirá dejándose engañar? ¿Hasta cuándo tanta ignorancia? Como es lógico deducir quien nos abordó con la pregunta es un opositor, en muchos casos, viejos militantes de la izquierda, compañeros de la Juventud Comunista o del MAS. En razón a ello es posible explicitar nuestras reflexiones sin que se produzca una discusión a gritos.

¿Por qué el dinero es un argumento tan fuerte para explicar el respaldo que Chávez ha alcanzado entre los sectores populares? Pensamos que ello es efecto del desconocimiento y no reconocimiento de ese sector por parte de la clase media, a la cual pertenecen casi todas las personas que indagan nuestra opinión.

Aun se piensa que dentro de la “Pobrecía Urbana”, como alguna vez calificó Guillermo García Ponce a lo que los sociólogos llaman marginalidad, no existe opinión política con un grado de elaboración. De esta manera, si se inclinan por alguien no es sino porque “les están llenando el estómago”. Como ven, esta subvaloración crea una brecha difícil de superar a la hora de establecer una comunicación efectiva; esa que permite a una persona seguir un planteamiento, un liderazgo.

Los opositores no creen capaz al chavismo de tener pensamiento político. Si están allí no es por otra cosa que por interés. Bien, eso llegamos a pensar nosotros en los años 60, cuando andábamos por el barrio con nuestras grandes verdades y la gente, lejos de hacernos caso, votaban masivamente por AD y hasta por Copei.
¿Qué era un adeco para la clase alta y media de los años 40 y una parte de los 60? Un recién vestido que tomaba champan para acompañar un mondongo.

Cuanta burla y desprecio se dirigió contra un partido que asumía el sentir del pueblo. No solo era el bollo de pan, también el derecho a la educación, al voto de las mujeres, la Reforma Agraria, la nacionalización del petróleo. Era todo eso, aun cuando nosotros, los jóvenes comunistas, solo viéramos las planchas de zinc y los sacos de cemento. La AD de aquellos tiempos supo conectar con el sentir del pueblo llano y paupérrimo que ya en esos tiempos no solo se movía por sus intereses concretos e inmediatos; también por otros, mucho más colectivos. En fin, se movilizaban incentivados por un planteamiento político.

¿Por qué se movilizan hoy las mayorías del país? Primero lo primero, antes de hoy se movilizaron contra un modelo económico-social que los apartó. Los adecos dejaron de ser vistos como los ordinarios que removían un whisky de varios años de maduración, con el dedo. A la par, se fueron alejando de la gente que los había llevado a la cima. Vamos, el Caracazo fue la expresión de la rabia e indignación largamente contenida. Un fenómeno como ese en los años 60 nos hubiese encontrado a los jóvenes de la Juventud Comunista y el MIR en la vanguardia. Pero cuando aquello ocurrió no había quien pudiera direccionarlo. Por supuesto, no fue en vano, de aquellos polvos vinieron estos lodos.

¿Por qué está ganando Chávez si las elecciones fuesen el próximo domingo? Tiene un proyecto que en buena medida se ha encontrado con el pensamiento de las mayorías del país. Su liderazgo cubre las expectativas de un grueso de la población excluida y pobre. El país que ofrece, su idea, es asumida como propia por esos sectores; ¿incondicionalmente? A nosotros nos parece que no; que lo ocurrido con la Reforma Constitucional no aprobada es signo más que evidente que no hay incondicionalidad infinita. Los que en el chavismo no comprendan esto, estarán conduciendo a un vigoroso movimiento al fracaso. Lo que pasó con AD no es de su exclusividad.

Los líderes de la oposición aun no asimilan el fenómeno chavista. Es cierto que se trata de un conglomerado que depende casi exclusivamente de una sola persona; también que más allá del propio Chávez existen dificultades a la hora de transmitir los contenidos del proyecto, aunque ya aparecen débiles señales de estarse produciendo un cambio.

El chavismo es hoy un sentimiento, una emoción que perfectamente puede trascender a su líder. Esto, claro está, no es una fatalidad, para que ocurra o pueda darse es necesario que concurran varios factores, uno de ellos, que el propio líder comprenda y asuma que esto puede ser así a través de un proceso democrático.

ivanjgutierrez@gmail.com


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Iván Gutiérrez


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