Alfonso Marquina en la Asamblea
mascullaba la rabia contenida
tratando de cazar una batida
en el épico fragor de las ideas
II
Según él, Aristóbulo impedía
que los tribunos oyeran su tragedia
“tres veces me has nombrado”, refería
y ya aquello trocábase en comedia.
III
Así fue como ante todos los presentes,
su curul se sumó al “oficialismo”
púes sin querer queriendo y allí mismo
lo traicionó, despiadado, el subconsciente.
IV
El pueblo saldrá próximamente
por tanta soberbia – proseguía-
en octubre a votar masivamente
por Hugo Rafael Chávez Frías.
V
De pronto se vaciaron los asientos
los aplausos llovieron a granel
mientras el susodicho en vano intento
-queriendo recoger el carretel -
combinó torpemente los dos nombres:
¡Por Rafael Hugo! ¡No! ¡Por Hugo Rafael!
VI
Más tarde, con los ánimos calmados
y después de todo ese ajetreo
le dice a su bancada entrecortado:
“lo peor, para mí, fue el chalequeo”
VII
Pero alguien le corrige justo al lado
como si hablase de una novedad:
no señor, lo peor es, diputado
que esa aunque nos duela, es la verdad.
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