Poleo entonces no ha hecho más que anunciar lo que viene, dándole un toque gastronómico que denota la falta de pimienta y sal del guiso electoral opositor. Ya sabíamos de la incongruencia culinaria entre CAPri y los “factores democráticos” allende la talanquera, pues mientras el primero justificaba su tendencia política autoproclamándose “Chocolate Nuevo Dulcito”, otros chefs intentaron buscarle maridaje al condumio, para fortalecer su imagen.
Metidos en ese berenjenal, no consiguen entrada a su plato principal ni que hagan degustaciones casa por casa y sus pinches de cocina solo afilan cuchillos para cortarse entre ellos mismos. Son tan marruñecos que ni siguiendo las recetas de Washington, ni con gastronomía dirigida de la CIA, logran confeccionar bien una olla.
Se fueron a Colombia y en vez de solicitar asesoría en la preparación de una Bandeja Paisa, Fritanga Bogotana o siquiera un Pandebono, les dio por una torta de cocaína con un muñequito llamado Don Varito 82. Adornaron la vaina con trozos de Narco Patilla, cucurbitácea al fin como el que te conté.
Epílogo
El “honorable diputado” Henry Ramos Allup está en su oficina del CEN de AD, averiguando sobre la chayota. Lee en voz alta en internet:
“El chayote, cidrayota, chayota, tayota, güisquil, guatilla o guatila, tiene un color que va del verde oscuro al verde claro o amarillo claro casi blanco. Cuando tierno presenta una cáscara lustrosa y consistencia dura, espinosa...”
Se voltea hacia el “honorable diputado” Zambrano y le comenta: ¿Qué te parece Edgar, lo de la chayota?
El aludido responde, convencido de que dio en el clavo: Se parece demasiado a la Guanábana, jefe.
Henry lo ve con cara de adeco y le retruca: Creo que tú deberías irte demasiado por las escaleras.
Criptograma.
¿Aparecerá la palabra chayota en el crucigrama de “Últimas Mentiras”?
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