Los autoexiliados , cobardes ellos, y que en mala hora nacieron en esta tierra, andan desaforados vociferando a través de las redes sociales comunicacionales, aupando con furor la intervención yanqui y sus asociados a Venezuela. Claro, desde lejos y bien “resguardados”, desahogan sus demasiadas frustraciones.
Reyes de la trampa y la tramoya, escudan su autoexilio y se autodenominan perseguidos políticos, calumnia más grande jamás vista en nuestra historia.
Los hay para todos los gustos: Asesinos. terroristas y ladrones, que huyeron “valientemente” de la justicia. Esos son los más protegidos.
También tenemos a aquellos debiluchos come mierda que se convirtieron de la noche a la mañana en raza aria, olvidándose los pobres de sus orígenes bien mestizos y de status social , según la escala, en la letra C. Están tan disociados que no me cabe la menor duda, que se creen su mojón.
Pobres malinches, cuyo egoísmo es tal que conforman el triste clan de los desarraigados. Por tal motivo, son fácil presa de los más oscuros y depravados sentimientos y venden facilita su alma al mismo diablo.
Como esta Revolución Bolivariana va pa lante, les auguro muchos años de vida nómada. Amén.
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