A pesar del esfuerzo del gobierno colombiano, de tratar de ocultar, que Uribe Vélez es parte de una conspiración internacional en contra de Venezuela; este de manera grosera afirma su participación y convoca a arreciar la ofensiva contra el gobierno Constitucional del presidente Nicolás Maduro.
Uribe no tiene moral alguna, para hablar de democracia, de violencia y de Derechos Humanos; existen muchísimas pruebas, testimonios de jefes paramilitares, de ex funcionarios del DAS y el más reciente el de un ex capitán del ejército Colombiano, quien se entregó a la justicia colombiana.
Uribe, fue un colaborador de primera línea, del capo de los capos del narcotráfico, Pablo Escobar, sus hermanos son señalados de tener relaciones con el narcotráfico y el paramilitarismo; la viuda de uno de sus hermanos, esta presa por sus nexos con los carteles de la droga mejicanos, igual que su hija.
El jefe de Informática del DAS, acuso a Uribe de haber convertido esa policía en un Cartel de la droga y trabajaban de manera directa con los carteles de la droga mejicanos.
Que Uribe hable en defensa de los Derechos Humanos, es algo grotesco e inmoral; Uribe es el padre del paramilitarismo, de los Falsos Positivos y de las fosas comunes, como el de la Macarena, que tiene más de 2 Mil cadáveres, de colombianos asesinados por el ejército colombiano, durante el gobierno de Uribe. Recordemos, que con la complicidad del gobierno de Uribe, fueron trasladados hasta las cercanías de Caracas más de un centenar de paramilitares.
Desde hace años los partidos fascistas venezolanos, han estrechado relaciones con Álvaro Uribe, recordemos sus reuniones a lo largo de la frontera con dirigentes de la derecha y cabe recordar las declaraciones de Oswaldo Alvarez Paz, dirigente copeyano, quién afirmó que en el caso de que Uribe, hubiese invadido a Venezuela, él lo hubiese apoyado públicamente y debemos estar claros que no sería el único.
