Por los vientos que soplan La Canalla enfiló proa rumbo a las Parlamentarias 2015 buscando ganarlas para luego destronar a Maduro con un golpe parlamentario tipo Paraguay y Honduras. ¡Claro! sin dejar la guarimba y el terrorismo económico y sin importarle, de pasodoble, el trabajo que pase el pueblo para proveerse - adecuadamente y a tiempo - de alimentos, medicamentos, artículos de limpieza del hogar y de uso personal; de repuestos para autos y motos, de electrodomésticos. En fin de toda vaina. A La Canalla no le importa que el pueblo pase hambre, se coma un cable y que se muera por falta de remedios.
Estamos claro que el PSUV posee la plataforma política, ideológica, organizacional y logística más poderosa - no sólo de Venezuela si no – ¡cuidado! – del Mundo. El mejor ejemplo es el III Congreso. Pero no por eso debemos cantar victorias. El enemigo tiene poderosos recursos económicos y maneja inescrupulosamente las redes. Es más ya comenzaron a instalar nuevos “monstruos situacionales”.
Los cerebros en Marketing Político de la Oposición Golpista van seguir tratando de posicionar la idea que la Revolución es culpable de que no haya papel sanitario para limpiar la parte donde la espalda pierde su nombre; culpable que no haya Ace para lavar los platos; ni neumáticos, ni harina, ni aceite, ni “champú”, ni café para el guayoyito Culpable de los muertos por violencia. Culpable de las intensas lluvias y las largas sequías. En fin culpable del desabastecimiento, de la escases, de la especulación, de las colas, del contrabando, del bachaqueo y la inseguridad.
Eso no lo vamos a contrarrestar pinchando musiquitas de nuestro personal agrado en espacios audioviusales de enorme sintonía creyendo que no las estamos comiendo. No es tiempo de exquisiteces melódicas en espacios que son exclusivamente para defender la obra de gobierno y caerle a coñazos a los enemigos de la Revolución. El tiempo en televisión no es qué es oro, es Coltan (oro azul). Por eso debemos aprovecharlo al máximo. No hay tiempo que perder. Ellos no malgastan ni un segundo.
Vamos a ganar la Batalla de la Opinión Pública como las ganó siempre el Invencible Chávez, trabajando día y noche, sacándole provecho a los errores de La Canalla, no perdiendo el tiempo en peleas intestinas, hablando “Toltaime” de lo bueno que hace y está haciendo la Revolución, diciendo, por ejemplo, que la Rehabilitación médica en Venezuela dejó de ser un lujo y que hoy por hoy el pueblo “ñeco” puede caminar gracias a los médicos cubanos y a machetes equipos alemanes sin pagar una locha. Decir, por ejemplo, que Maduro le está dando duro al contrabando de extracción y a la corrupción mientras los dirigentes de oposición no dicen ni pio porque ellos se nutren económica y políticamente del contrabando. Decir, por ejemplo, que el que calla otorga, que la oposición por si sola es un contrabando.
El mismo Sacudón tiene que ser incluido como combustible de La Batalla de la Opinión Pública. No son conchas de ajos lo que produjo Maduro con esa sacudida. Hablar con un Vicepresidente es más fácil que hablar con Ministro. Y no fue fácil cambiar al camarada Ramírez. Y es un coñazo concentrar en una sola cuenta la Reserva internacional. Hay que darle duro en la promoción del Gobierno de Calle. Ha sido un tiro al piso gobernar en el barrio, viendo los ojos del barrio y estrechando sus agrietadas manos. Y de paso cumpliendo con las obras prometidas.
Tenemos un “arsenal” de obras buenas para publicitarlas en materia de salud, de educación, de servicios públicos. Es más la acción del gobierno es más rápida que su publicación. Un alcalde de Oposición construye una escalinata de 16 escalones y arma un escándalo; como gallina que apenas pone un huevo cacarea. Elemental Mr. Watson. Si usted tiene un producto a precio económico y solidario y no lo dice, pues entonces se le pudre en la alacena.
La Canalla cometió una sartas de pifias, que si las madrugamos y la damos duro mediáticamente todos los días, sin tregua, la volvemos ñinga. Tenemos con qué. Vamos a echarle bolas, dejemos a un lado las pequeñeces individuales y apartemos las apetencias personales y grupales. No es tiempo de musiquitas. “La masa no está pa bollos”. El enemigo acecha y es peligroso; pero tiene grietas y muy profundas. La Salida, es una de tantas.
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