Como dice la gente, llueve y no escampa. El plan de la oposición tiene un ingrediente no extraño, pero si muy particular. Se trata de una especie de arroz con mango, preparado en laboratorios multidisciplinarios que seguramente cuentan con cuantiosos recursos provenientes, sin duda, del mismísimo gobierno de los Estados Unidos, presto siempre a tumbar gobiernos democráticos y con más ganas si practican la democracia popular o se autodenominan socialistas.
Nada de eso. Lo de la oposición y sus diablos asesores no son juegos. Ya en estos 15 años de Revolución Bolivariana entre golpes, guarimbas y llamados a drenar tibieras, tienen un historial de asesinatos que no sólo se cuentan en las zonas urbanas sino también en las rurales, como consecuencia de la reacción de terratenientes, mediante el sicariato.
Vean bien el listado de compatriotas que han caído por la acción terrorista de la oposición. El encargo o crimen selectivo lo convierten en su manera de sacar del medio a figuras importantes o destacadas en el proceso revolucionario. Los asesinatos de Danilo Anderson, Eliezer Otaiza y Robert Serra nos indican el camino escogido, hasta donde han llegado y lo que son capaces de hacer en su desesperada manera de actuar.
Está claro, al Presidente Maduro se la juraron desde el mismo momento cuando el Presidente Chávez lo anuncia como candidato de una posible elección. Bien, el CNE no había contado el último voto ni emitido el último boletín cuando ya el lenguaje violento y la frustración ante el rechazo popular se hacen presentes en nuestras calles con el lamentable resultado de muertes que ya conocemos.
Ahora resulta que la agarran con el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Y no diría que ahora. ¿Qué no han dicho de Diosdado? La campaña contra este compatriota es vieja y ya saben ustedes que tiene como objetivo la búsqueda de la descalificación, el desprecio, poner en duda su condición de revolucionario chavista. Le han tirado con güimaro del grueso.
Tantas bolas han corrido en contra de este camarada con la clara intención de volverlo añicos política y personalmente. Menos mal que ante campañas como ésta, esa oposición frustrada y de poca credibilidad se encuentra y se estrella con el muro de una militancia Bolivariana que conoce y quiere a sus dirigentes.
Ya ven ustedes el trabajo sucio que sale de los laboratorios opositores ubicados en el Norte. Vean que son varias las vertientes de ataque y varias maneras de atacar a la Revolución Bolivariana. Asesinatos selectivos, descalificación personal, guerra económica y campaña en contra de los servicios que presta el estado. Todo para decir que nuestra propuesta de profundización democrática y socialista es el caos. A sabiendas de los contundentes avances en la inclusión social y pleno respeto al estado de derecho. Con ellos hay que estar ojo pelao porque juegan sucio y poco les importa la vida humana. ¡No volverán!