La oposición de derecha y golpista no le importa la muerte de gente joven porque en su programa alocado de derrocar a Maduro esas muertes son parte “fundamental”de semejante obsesión...
Lo más triste de estos asesinatos diabólicamente programados y provocados por estos canallas es que los padres de esos jóvenes no son capaces de pensar esto, y si lo hacen, por su disociación sicótica, son capaces de ignorarlo. Pero lo que no saben estos padres venezolanos humildes es que los jóvenes familiares de los poderosos golpistas no van a la guarimba. Se imagina usted, amable y paciente lector, a un hijo de Lorenzo Mendoza guarimbeando. O a un hijo de Julio Borges o de la señora Machado metidos en esos vaporones. No “señoría”. Esos chamos se quedan en casa. Los que van a la guarimba son los hijos de los pendejos.
Pero es que el culillo de estos personajes es de marca mayor. Acaso no recuerdan cuando los cabecillas del desvío de la Marcha a Chuao se fugaron en poderosas motocicletas cuando la vaina se puso color de hormiga. Todavía recuerdo a cabeza de mango cuando se montó en una moto, cual sabandija, después de enviar a un grave enfrentamiento con los chavistas que se encontraban a Miraflores, a los opositores de esa criminal marcha.
Para determinar el grado de sadismo de la Oposición golpista ante la muerte de cualquier joven en medio de supuesta protestas pacíficas basta observar el despliegue que ha hecho sobre la muerte del adolescentes en San Cristóbal, que no es más que pura necrofilia politiquera y electorera.
Para entender fácilmente la situación sólo hay que preguntarse: ¿A quién interesa la muerte del adolescente Kluiver Ferney Roa, al Gobierno o a la Oposición? ¿Favorece a Nicolás la muerte del joven en San Cristóbal?