Seis meses... ¿tan poquito?

Es posible que el diputado, presidente de la Asamblea Nacional, sufra una decepción el próximo 6 de julio cuando amanezca y se percate que su premonición todavía está cuesta arriba. Es posible que el diputado presidente de la A.N. se despierte y caiga en cuenta que los poderes del estado venezolano siguen intactos. Entonces, es posible que descubra que por la boca muere el pez y se acuerde que muchas veces en estas dos últimas décadas, cada vez que Chávez los revolcaba electoralmente, les daba por cantar fraude y llamar a matar chavistas, quemar CDI, oficinas públicas y trancar vías públicas. ¿Es o no así?

Tal como están las cosas, pareciera recomendable exhortar a la ponderación y evitar los exabruptos. Mejor dicho, cuidar la lengua que a veces envenena a los seguidores y profundiza las diferencias a extremos de intolerancia y odio con saldos de vidas, tal como ha venido ocurriendo cada vez que algún perdedor quiere descargar su frustración contra el pueblo.

Así, desde cada rincón de nuestro país estamos atentos a los pasos y traspiés de quienes se asumen o son referencias de dirigencia nacional. Por ejemplo, lo del señor presidente de la A.N., con los retratos o imágenes del Libertador Simón Bolívar, Chávez y el Presidente Maduro es sencillamente repudiable. No se resuelve con una declaración de disculpas al chavismo porque el agravio supera sus fronteras. Su abuso ofende a toda la América porque Bolívar es universal, grande y nuestro.

Bolívar no es una "vaina". Mucho menos Chávez ni el Presidente Maduro. Si de herir la sensibilidad de millones de latinoamericanos se trata, es cierto que nuestra sensibilidad patria ha sido herida por una patán que sigue representando el pasado y los intereses imperialistas, empeñados en frenar cambios reales y verdaderos, transformaciones o revoluciones sociales al costo que sea.

De manera que este caballero, así como en el pasado declaró y jamás demostró los fraudes del CNE que ahora lo elige y no dice ni pio, ha dicho que en seis meses no quedará rastro de chavismo. Como hablamos de poderes: legislativo, judicial, ciudadano, electoral y ejecutivo. No olvidemos la fuerza moral que tienen el poder popular y la unidad cívico-militar.

Ahora, si utilizan el estilo del triste y efímero Carmona, es posible que en cada tribuna y ante cada micrófono que tengan por delante les dará por leer el decreto de extinción de los poderes, propósito que no les deja dormir. El cálculo de eliminar o cambiar un poder por mes no cuadra. Ya ellos saben que más allá del malestar por la situación económica, las dos últimas décadas han cultivado una conciencia y un arraigo que niega las fórmulas "obsoletas y periclitadas" que ellos representan, sobre todo este caballero que cada vez que abre la boca es para amenazar. Así, con Bolívar, Chávez y Maduro, hora más que nunca: Unidad, lucha, batalla y victoria. ¡Viviremos y venceremos!



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Juan Azócar


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