Cuando la ignorancia, la mediocridad y el empirismo invaden EL AMBON sagrado de la INTELECTUALIDAD, a los profanadores de esos espacio solo nos queda el beneficio pueblerino de la apelación del criollismo populacho, hacernos el gracioso y hacernos parecer medianamente conocedor de las estupideces que decimos; y si hablamos rápido y entre mezclamos las ideas, fácilmente podríamos hacer creer, que ciertamente pareciera que sabemos de ¡qué carajo! estamos hablando, es así pues, que con la aplicación de esa lógica tremendista y en el espíritu de la aplicación de varias técnicas metodológicas en el área que abarca y comprende el aprendizaje significativo, he incorporado un concepto tan, pero tan traído por las greñas que, más que concepto pareciera una de esas palabras que dentro de la lógica neurolingüística, se convierte en un modismo cultural del lenguaje y de la expresión popular de las comunidades y de las sociedades; de ahí; exacta y precisamente de ahí, nace el concepto IUSCATALEPSISMO. Peritamente tratar de explicar esta “tremendura” teórica.
La teoría del “Iucatalepsismo”, surgió empíricamente desde mis tiempos de estudiante y desde el principio de la observación primigenia marginal dentro del rango del costumbrismo estructural de nuestra sociedad en donde aceptamos como un hecho cierto y verídico, de que existen LAS LETRAS MURTAS DE LAS LEYES, cuando en la realidad verdadera es que existe la no aplicación efectiva de las normas legales establecidas de un País, Nación o Estado, es decir, cuando los administradores y administradoras de Justicia del Estado no se avocan para aplicar las sanciones correspondiente a la hora de sancionar una falta de los ciudadanos y ciudadanas, lo que se traduce en una anarquía jurídico-legal. De ahí pues, es que nace la propuesta del concepto “Iuscatalepsismo”, todas vez, que cuando se cree o se llega a suponer que no existen normas o leyes para sancionar tal o cual acción, por la desidia de la aplicabilidad de las normas, y luego entonces cuando los administradores y las administradoras de justicia activan aquellas leyes que presumíamos y creíamos que eran letras muertas, y nos aplican todo el peso de la ley, luego entonces los infractores de las normas, no encuentran como justificar que lo hayan sancionado por un hecho que presumían no tenía sanción en el marco jurídico legal vigente de ese Estado; o sea, que te apliquen el artículo 2 del Código Civil, o el artículo 80 del Penal, que son los artículos que les aplican a los ciudadanos y las ciudadanas cuando piensan que se la están comiendo cuando violentan las leyes de las cuales pensaban que solo eran letras muertas.
Algo así como lo explicado en el párrafo anterior, tal pareciera que está sucediendo en la actualidad con el Poder encargado de elaborar, diseñar, crear y estructurar las normativas que debe regular la sana convivencia y las acciones de los ciudadanos y ciudadanos del Estado, con el Poder Popular que se debe encargar de que las leyes, reglamentos y normativas diseñadas por el poder legislativos sean administradas de forma y manera a pegada y adecuada a los postulados de la CARTA MAGNA de la Republica. Esta situación vista desde la perspectiva de la marginalidad existencial de nuestras comunidades se pudiera entender como una simbiosis metastásica del palabreo cultural de los barrios, el fino, educado buen hablar de los altos intelectuales y gurúes de la filosofía ideológica de la teoría del Derecho como norma fundamental correctiva del comportamiento de las personas viviendo en sociedad; sin embargo podemos observar dentro de esa maraña compleja del comportamiento humano, a especímenes como el actual energúmeno presidente de la cúpula política que hoy dirige y administra la actual Asamblea nacional o el Proscrito Poder Legislativo a quien desde ahora en adelante denominare, para mejor redacción P.P.L.
Una vez explicada esta situación, paso a conjeturar el tema que me trajo a estos espacios de la opiniones y criterio particulares del acontecer político de ¡MI PATRIA! Y no la de las y los traidores, traidoras, vendidas y vendidos que pretenden subyugarnos a través de escondernos los alimentos y los productos de primera necesidad
Es el caso patético del actual presidente de la Asamblea Nacional, quien en una desconsiderada y abusiva actitud ante la majestad de los demás poderes del Estado, pretende erigirse como una especie de súper gobierno paralelo y autoridad única, y desconocer las competencias de los demás poderes, es decir, la persona encargada de administrar la institución estatal de donde emanan las leyes, normas y reglamentos que reglan la conducta del individuo en la sociedad, rompiendo el orden de la constitucionalidad y desconociendo la estructura jurídico legal vigente del país, y que busca la confrontación con los demás poderes; seguramente para con ello, procurar llevarnos de manera inconmensurablemente segura a la posible invasión a nuestro país, mediante la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, cosa que ya lo habían pretendido en otras ocasiones, y más recientemente el secretario general de la O.E.A Luis Almagro.
Es decir; nos encontramos ante la disyuntiva política –compleja por demás- de aceptar las barrabasadas del presidente de la Asamblea Nacional o simplemente el presidente de la república, aplicando las medidas sancionatorias establecidas en nuestra carta magna, y luego esperar que los organismos internacionales como la ONU, La corte de la haya, las OTAN (N.A.T.O: sus siglas en ingles), entre otras leguleyericas organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales, nos quieran o nos pretendan aplicar una artera intervención de corte bélica, para con ello tratar de reconquistar nuestros territorios y por ende, y más que lógica razón, empoderarse y adueñarse de los recursos naturales del pais, tanto los renovables, como los no renovables.
Ante estas circunstancias, debo decirles que:
“Chavez no se murió; Chavez no se murió, Chavez se hizo millones, se hizo millones, Chavez soy yooooo!
No le busquen las cinco patas al gato, porque esa pata es la que hace que la gata relinche…
Chavez vive, en la conciencia y en la memoria de todos los pueblos pobres del mundo