Toda lucha está integrada por gente de todos los estratos sociales, a saber la composición social viene dada por el juego de intereses que se esconden detrás de toda voluntad y en ello, se evidencia la postura de militantes que de una u otra razón participan en manifestaciones. Ahora bien, en las más recientes manifestaciones de la oposición venezolana se evidencia la presencia de mujeres y hombres de la clase social que siempre han adversadoal chavismo, los más violentos atacando al contingente de guardias nacionales que estoicamente soportan ofensas de todo tipo, los escupen, los vilipendian de forma grosera y les dicen que están apoyando a los corruptos, etc, etc.
En el este de Caracas, es común en tiempos de llamado a la subversión, los opositores en vehículos tocan cornetas con el clásico sonido opositor, estas situaciones no se ven en zonas populares de manera reiterada; queremos decir con esto, que existe una clara disposición de clase social de clase media y alta que intervienen en esta demostración de rechazo al presidente Maduro y su gobierno, amenazando a sus líderes y dirigentes, demostrando una abierta actitud de corte fascista que no ocultan.
En fin de cuentas todo se reduce a la lucha de clases y esto es característico del enfrentamiento de dos modelos de ver el mundo, a la vez hay que analizar a los denominados desclasados que comienzan bajo síntomas de superación social con el espectro del "éxito", formador de la perdida de conciencia y que somete al individuo a una esperanza falsa que incita mediática y subliminalmente a creer que la aspiración es legítima y valedera, algunos lo alcanzan ignorando sus origenes y en ello se la juegan con quienes lo explotarán o discriminarán en algún momento de sus vidas.
En todo caso, la presencia de este fenómeno social va acompañado en la mayoría de casos de la compra venta de la actitud de vida llegando a composturas contrarias a la ética y la honradez, lo vemos por ejemplo en el caso de los sicarios que generalmente ofrecen sus servicios sin miramientos de este tipo y suelen estar en el limbo de la existencia social, política y económica. Igualmente, se aprecia en espacios correspondiente a las áreas de trabajo, donde generalmente son atraídos por estos fenómenos de atracción a una supuesta vida mejor y la hipotética creencia que alcanzarán estos valores de orden capitalista.
La presencia de muchachos y muchachas de la clase media y alta en las manifestaciones opositoras no es más que el desideratum de participación en defensa de intereses inclusive que aún no tienen y desean aspirar , que como bien sabemos a sabiendas de depender de políticos que han demostrado una y mil veces que no defienden sus intereses de manera determinante, deciden participar directamente en la lucha política y defender sus intereses con propiedad social. El caso de latino américa y particularmente de Venezuela es patético en este particular, esto demostrado por dirigentes de otrora poca participación en la política, como el caso de María Corina Machado y líderes empresariales, amén de integrantes de la cúpula eclesiástica y otros como ganaderos, grandes comerciantes, entre otros.
Estamos en presencia de una lucha de clases no declarada formalmente pero que obedece a las razones expuestas y además a la necesidad de recuperar espacios perdidos desde hace diecisiete años con la Revolución Bolivariana. La derecha venezolana apuesta a una salida violenta porque saben de la circunstancia que una lucha electoral no les otorga suficiente garantía de alcanzar el poder, he allí la violencia, el odio que no ocultan porque en el medio de su angustia pierden los estribos y no les importa absolutamente nada ni a quienes se lleven por el medio, siempre ha sido de esta manera y lo más importante para ello, es ignorar al adversario aunque este haga demostraciones de fuerza contundentes y afiancen la legitimidad en la causa de los menos favorecidos y la gran inversión que en materia social realiza el gobierno de Nicolás Maduro.
