Tiembla, Venezuela. Estremécete, Cuba. Lo dijo Patricia desde su valiente exilio, noticias frescas para alentar la oposición y la gusanera: Carlos el Valiente, el experto en fugas, bingos y yonofuises, está preparando un mensaje para los venezolanos y los cubanos. Ya se retuercen los pilares de la revolución en angustiosa espera de las demoledoras arengas del vate, cargadas de la profunda inteligencia oculta detrás del breve espacio entre su cabellera y sus cejas.
Carlos "El paro sigue" pronunciará palabras que por su claridad borrarán los ideales que mantienen en pié la "dictadura" cubana. Su iluminado verbo alejará a Venezuela del Castrocomunismo. Paladines de la derecha se prostrarán en adoración ante las pantallas de televisión que difundirán las ansiadas alocuciones, colmas de esperanzas libertarias, emitidas por el lúcido sindicalista. Los seudointelectuales sifrinoides y sus arrugados mentores, los Carlos Blanco, los Enrique Tejera París, salivarán en adoración y quizás disimulada envidia ante tanta sabiduría emancipadora, mientras los revolucionarios latinoamericanos nos revolcaremos en nuestros excrementos aterrorizados y avergonzados por nuestras arrogantes pretensiones socialistoides.
Y mientras tanto Patricia, la misma que hace años casi le suplicaba a Hugo que le dejara lamerle el frenillo, la misma que envenena al East Caracas Sifrino`s Club todos los días con su porquería impresa, la mismita que dió ejemplo de desmedido coraje al huír antes que responder algunas preguntas sobre la muerte de Danilo Anderson, la misma Patricia de siempre, pues, se deshará en carcajadas. Se habrá burlado al fin de todos, incluyendo a su padre, incluyendo a sus lectores, incluyendo a los que planificaron la fuga del prócer sindical. ¿Se imaginan ustedes, camaradas, cuánto debe haber costado convencer a los Faría para fugarse CON ese cretino? Probablemente hubieran preferido quedarse en Ramo Verde antes que rayarse de tal manera. Seguro que tuvieron que sobornarlos a ellos para dejarse acompañar por el porcino adeco.
Y, hablando de adecos y de rayas, ¿cómo quedará Rosales ahora? No es fácil dilucidar cual es más bobo entre él y Ortega, y basta con oírlo hablar en su campaña para compadecerse de la oposición; y para colmo se rodea con momias que, todavía hoy, gritan a voz en cuello (aguántense, que ésto es para coger palco): " ¡Viva Carlos Andrés Pérez! ". Creo que Er Conde tiene más poder sobre las masas que él: a fin de cuentas, vive de eso, de hacer shows, y sabe más sobre qué hacer para recibir aplausos.
El punto es que la oposición está tan desesperada y desesperanzada que puede llegar a ser peligrosa. Te encuentras con un escuálido, lo saludas porque somos vecinos, porque creemos en la conciliación, porque esperamos que un rayito de luz haya penetrado ese muro mental construído por la excesiva exposición a "Aló Ciudadano", en fin, porque tenemos esperanzas reales en los caminos de paz... pero a los pocos minutos de conversación te lanza una perla como "...todos sabemos que Chávez hizo fraude en el referéndum..." (ésta es la más común)... y allí se acaba toda la esperanza de poder seguir dialogando. Porque no hay forma de limpiarles el disco duro, les han clavado en el cerebro ese cliché y no hay prueba ni manera que los saque de ese nicho. Qué pena. Y Patricia es una de las culpables. Y seguramente tiene las manos también en la evasión de Carlos "el paro pica y se extiende" Ortega. Todas las provocaciones son válidas, aunque cuesten vidas: a Patricia no le importan. Y a Carlos "nosotros no convocamos al paro" Ortega menos, porque o no se dá cuenta de lo que puede pasar o porque el billete vale más para él (no puede canjear venezolanos por fichas en los bingos). Probablemente tuvieron que sobornarlo a él también para que accediera a evadirse de Ramo Verde. Y el que debe andar como palo `e gallinero es él, porque vivo vale muy poco, pero a su cuero a lo mejor le pueden sacar provecho para azuzar a esta oposición ideológicamente desubicada, intoxicada por medios como el de Patricia y Bobovisión, esa oposición que aún preserva intactos en sus mentes los receptores que pueden servir de detonantes para salir a guarimbear y a liberar esa cólera contenida y creciente alimentada desde los medios que siguen propiciando la guerra civil.
Así que, todos unidos a esperar el mensaje de Ortega. Es mejor verlo vivo e igual de cretino vociferando desde su madriguera a cualquier otra cosa. Y en todo caso, las puertas de Ramo Verde siguen abiertas para él: es el lugar donde está más seguro. Y es el lugar que se merece: por lo menos estará más libre que ahora.
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