¡Quien me dice a mí, que Capriles no tiene el carnet de la patria! Recuerdo cuando Ramos Allup le dijo a sus adecos, palabras más o palabras menos, que agarraran todo lo que el gobierno les diera. Y así fue. Era la época en que se repartían computadoras, apartamentos, teléfonos, tabletas, etc. Y desde el gobierno creían que cada persona que recibía eso, era un apoyo seguro. Y los resultados al final, en elecciones posteriores, mostraban lo contrario.
A lo mejor Capriles, sin ser adeco, le hizo caso a Ramos Allup, y sin pensarlo dos veces, a pesar de la lucha que se le hizo al carnet de la patria, obtuvo el suyo, el cual le ha servido para recibir sus bonos y, además, para recibir la gasolina subsidiada, la cual puede pagar y dirigirla hacia el vehículo de otra persona siempre y cuando la placa del vehículo coincida con la que indica el cronograma de la gasolina.
En las primarias de la oposición todo parece funcionar de la misma forma como la entrega de la gasolina subsidiada. En el argot gasolinero, pasar la huella y que otro llene el tanque de su carro, implica una negociación y eso fue lo que hicieron las nombradas personas. Mientras Rosales hace la cola, Capriles espera que le toque el turno, para pasar la huella por biopago.
Es decir, Rosales hace su "cola", espera, caza guire; mientras Capriles, inhabilitado, se inscribe en las primarias; pero, por si acaso le ratifican la inhabilitación, después de haber ganado las primarias, allí quedaría Rosales para sustituirlo. En otras palabras, Capriles pasa la huella y Rosales aspira a llenar el tanque de su "Carro".