La llamada Plataforma Unitaria Democrática de tanto maniobrar y conspirar en contra del gobierno del Presidente Nicolás Maduro, dio sus últimos pasos en falso, cayó al suelo y se "espatilló"; ahora, no encuentra quien recoja sus despojos.
Su decadente periplo se inició el 30 de diciembre del año 2022; cuando, 72 miembros de la inconstitucional "Asamblea Nacional", tomaron la decisión de destituir a Juan Guaido como autoproclamado "presidente interino". Ninguno, de quienes le hicieron creer que era un líder, se solidarizó con él. El gobierno de Estados Unidos, como es su costumbre, a través de Ned Price, vocero del Departamento de Estado, dijo que "respeta las decisiones que ha tomado la oposición venezolana y sus instancias"; con lo cual, se lo sacudieron, como dicen la jóvenes de este tiempo.
En la Plataforma Unitaria, la procesión va por dentro. La crisis que vive es terminal. Han querido solaparla bajo el argumento de la existencia de marcadas diferencias políticas. Nadie creé ese cuento. El destino de los incalculables recursos que le ha proporcionado el gobierno estadounidense y sus países aliados; de los miles de millones de dólares, propiedad del pueblo venezolano, de los cuales se apropiaron; de los cuantiosos recursos que la burguesía ultraderechista venezolana le aporta, es la verdadera razón de su atomización.
Recuérdese que, la propuesta de enmendar el llamado Estatuto de la Transición Democrática, tenía como objetivo principal garantizar que Juan Guaidó, en su condición de "presidente interino", no pudiera seguir manejando a su antojo los recursos económicos existentes en el exterior.
Desde entonces, esa oposición, no ha levantado cabeza. Su existencia se ha reducido a la de ser una "maquinaria" de melancólicos "viudos" del pasado. Ramos Allup, Enrique Capriles, Manuel Rosales y Antonio Ledesma, máximos voceros, sus predicas cada vez tienen menos interlocutores; por su parte, Leopoldo López y María Corina Machado, desde la acera de enfrente, pero, en la misma calle, se convirtieron en los máximos exponentes de la estrategia violenta, terrorista, antidemocrática e inconstitucional para sacar a Maduro del poder. El fascismo se apoderó de ese sector de la oposición.
Sin ser poseedora de atributos políticos María Corina, se les coleó a los "zorros", a los "veteranos", a los "doctos"; y, se convirtió en la líder de esa oposición. Los fue arrinconando poco a poco. Los metió en unas primarias donde la única ganadora, a pesar de estar inhabilitada para ocupar cargos de la Administración Pública, tenía que ser ella. Ante su inhabilitación, les impuso una candidata sacada "del sombrero", a la que no inscribieron. Manuel Rosales, recurriendo -una vez más- a los mandatos de su "piedra filosofal", ha dicho que inscribió su candidatura para "salvar a la oposición". A Edmundo González Urrutia lo inscribieron para salvar la tarjeta de la MUD.
La demostración de "piratería política", que cada día dan, corrobora que la política no es asunto de "manetos". Como en el juego de villar, van de banda a banda, sin hacer carambola. Es por ello que, nada, absolutamente nada, pudo impedir que esa oposición, fascista, apátrida, golpista, antidemocrática y corrupta se ESPATILLARA.