“…Pero, que iba a hacer mi hermano, tenía que meterme a chavista. Vengo dando tumbos desde que los partidos tradicionales perdieron con Chávez. Desde entonces, estaba esperando el resurgir de esos partidos, y no pasó nada; sin embargo, nacieron otros y la militancia comenzó a desperdigarse hacia varios lados. Comenzaron a aparecer políticos de todo tipo. Tuve que acercarme a esos nuevos partidos y me dejé engatusar con la verborrea de esos supuestos líderes. Me tuvieron varios años condicionado a salir a sus marchas con una franela negra, un pito, una gorra y la esperanza de que el gobierno caería. Primero el de Chávez y después con Maduro. Fui testigo de varias guarimbas y yo iluso, creyendo que se acercaba el fin del rrrrrégimen, sobre todo cuando observaba la pasión y decisión que le imprimían los politiquitos a sus discursos.
¡Pero, qué va! Cada vez que cometían torpezas, el gobierno crecía sobre sus errores. Primero, fue a Chávez a quien convirtieron en un líder, pues cada error, cada fracaso, sin dudas, era un triunfo para Chávez. Desde que el comandante Chávez llegó al poder en Venezuela de manera legitima, desde entonces nació en la oposición la idea, la ilusión de derrocarlo y aun cuando estuvieron a un paso de lograrlo, el año 2002; el pueblo lo devolvió a Miraflores.
Por cierto, fueron muchos los obstáculos que tuvo que sortear Chávez, lo que le valió a la vista del mundo una especie de consagración como líder fortalecido por las torpezas de la oposición. Un golpe militar, paro petrolero, saboteo económico, etc., no fueron suficientes para sacar a Chávez del poder; más bien, el superar cada uno de esos escollos implicó el reconocimiento de su liderazgo y eso se traducía en votos en cada elección que se realizaba, que por ende lo convertían en triunfador
Tengo el pálpito de que la historia se está repitiendo con Maduro. Han sido muchos los contratiempos que le ha creado la oposición, junto a los estados unidos que incluye sanciones y bloqueos; sin embargo, hasta el momento, y mire que el tiempo ha pasado, ya tiene más de 10 años en el poder incluyendo, el periodo como sustituto de Chávez.
Va a la reelección, aun cuando muchos creen que podría perder, partiendo del análisis de la situación que ha vivido el país desde que comenzó a gobernar; sin embargo, creo que la infinidad de ataques los cuales ha superado, lo están convirtiendo en otro líder gracias a las mismas torpezas de la oposición.
Todavía en estos momentos nadie sabe qué es lo que va a pasar en y con la oposición. No aparece nadie confiable. El mismo esquema está planteado. Los politiquitos se fueron del país; pero aun siguen robando. Al principio, tuve simpatías por María Corina, pero ella poco a poco, fue mostrando más sus apetencias personales y me fui desencantando. Los otros candidatos opositores que participarán en las elecciones del 28j, tampoco me inspiran confianza. No les veo guáramo para enfrentar y resolver los problemas del país. Y en cuanto a Edmundo, no creo que le haga el mandado a María Corina. Creo que la oposición de la plataforma unitaria, sigue con su mala percepción que no les ha permitido lograr la unidad, después del primer triunfo del comandante Chávez.
Entonces, ¿Qué hago yo aquí? ¿Perdiendo mí tiempo? No, papá, a partir de este momento me declaro chavista. ¿Dónde es la marcha? Ahí voy. Viva el gallo pinto”