No hay que amar a Mao -sobre todas las cosas- para darle la razón. Cuando Mao resumió en un articulo las características de los "liberales" y su rol (rol-itranca de saboteo) dentro del proceso revolucionario, puso de primero en la lista el párrafo que aquí les copio:
"A sabiendas de que una persona está en un error, no sostener una discusión de principio con ella y dejar pasar las cosas para preservar la paz y la amistad, porque se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, ser querido, viejo colega o viejo subordinado. O bien buscando mantenerse en buenos términos con esa persona, rozar apenas el asunto en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la colectividad como el individuo resultan perjudicados. Este es el primer tipo de liberalismo."
Hay otros 18 casos. Incluidos allí para que todo el mundo se vea retratado y organice sus pensamientos "liberales". Pero el primero, el primero, nunca se olvida.
Cuando en una lista bolivariana o en un portal bolivariano cualquier huelepeo con ínfulas de sabelotodo y claros valores pequeño-burgueses se atreve a instigar a las masas en contra del proceso, en contra de la Revolución, hay que salirle al paso. No para salvarlo, porque el mal de derechas no se cura. A esa gente, y solo para educar a las masas, hay que hacer tal y como dijo Cecilia Sosa que iba a hacer con Carmona (creo que así se llamaba): Hay que darle duro hasta verle el hueso. Mejor el nervio, que ya el hueso se le ve desde que usa su espacio y nuestro tiempo para venir a darnos clases de como debe hacerse la Revolución sin pelearse con el Imperio y de como es que se baila el porro en una sociedad "democrática y pluralista".
Lo que pasa es que hay demasiado arribista dentro del proceso queriendo jugar al rojo. Por eso se cuidan en caso de que..., no sea cosa que..., y vayan a perder a los amigazos.
Yo prefiero jugar con esta gentecita piragüón.
Lo mismo que rojo pero con condón, que algo queda...
