“¡Tendemos a algo más sublime, más equitativo, el bien común o la comunidad de los bienes! No más propiedad individual de la tierra y de los servicios de consumo: la tierra no es de nadie, sino de quien la trabaja, la industria de consumo es de quienes la producen, es del pueblo. Reclamamos, queremos el disfrute común de los frutos de nuestro trabajo: los frutos son de todos”.
Camaradas: Los males siempre crecientes que la monopolización de la tierra y la explotación capitalista acarrean para el que trabaja el suelo y la pequeña industria, no desaparecerán completamente más que en una sociedad donde el suelo, así como los otros medios de producción, pertenezcan a la colectividad, que lo hará explotar para el interés común, empleando los procedimientos más perfeccionados.
No tenemos que recordar que la marcha ascendente de las organizaciones de los consejos comunales ha sido un éxito inmenso en todas las regiones del país. Todo el pueblo ha sido el cooperador de este gran movimiento que ha penetrado en los más amplios círculos y que está adquiriendo una importancia considerable. El llamado de nuestro Comandante Eterno a todos los comuneros, dará, así lo esperamos, una idea impresionante de este avance. Las asociaciones se están organizando en todos las parroquias de todas las ciudades de Venezuela con toda libertad, en la cual poseemos las instituciones más libres que existen en nuestros días; dispondrá, por lo tanto, de toda libertad de movimiento. Invitamos a reunir el mayor número posible de delegados para el gran día de la fraternización de todo el pueblo.
La forma de la lucha económica y política debe ser determinada, según las circunstancias, por las diversas comunas. Pero, en todos los casos, es preciso colocar en un primer plano el propósito revolucionario del movimiento socialista, que persigue la transformación integral del pueblo desde el punto de vista económico, moral y político.
La nefasta influencia de la burguesía fascista y los “social-demócratas” en los medios del pueblo venezolano ha tenido y tiene una importancia que no puede ser desestimada. Apoyados en ese envenenamiento de los medios de comunicación privados qué, en su afán de manipulación ha tenido las peores consecuencias para los intereses de la clase popular y para el desarrollo del Proceso Revolucionario. “En una palabra —como dijo nuestro Comandante Eterno—, el oposicionismo, y la quinta columna nos dan un ejemplo de cómo no debe hacerse una revolución.
“No puede haber revolución, ni política nacional triunfante, a menos que la revolución política se transforme en revolución social y que la revolución, precisamente por su carácter radicalmente socialista y destructivo del Estado burgués, se transforme en revolución nacional…”
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los cuatro cubanos héroes de la Humanidad!
¡Ahora más que nunca —con— Chávez!